Nuestra ciudad ha dado distinguidos personajes. Echemos una mirada al grupo de ilustres saltillenses que sobresalieron en diferentes campos; todos nacidos en la segunda mitad del siglo 19. Curioso resulta que las casas donde nacieron estas personalidades se encontraban muy cerca, solo unos cuantos pasos las separaban entre sí, las casas situadas en la segunda y tercera cuadra de la calle de Victoria.

Hace cuatro años tuve el honor de presentar el libro “¡Ay, Saltillo!, si tus calles hablaran”, del historiador Javier Villarreal Lozano. El autor me distinguió para hacer la presentación de la obra en la vigésima edición de la Feria Internacional del Libro de Arteaga 2017. A tan solo unos años de su aparición, la obra es imprescindible para los amantes de la historiografía de la región; en dicho libro, en el capítulo Los Siete Magníficos, relata a 7 personajes, todos nacidos en un periodo de 22 años y cuyas casas se encontraban en un espacio de escasos 70 metros.

SU LABOR EDUCATIVA ES UN LEGADO PARA SALTILLO

Extrañamente, nuestro primer personaje, el educador, poeta, escritor y cronista José García Rodríguez, no aparece en el capítulo de los siete magníficos escrito por Villarreal Lozano. Por sus múltiples méritos académicos y literarios, y por haber nacido en la calle de Victoria, bien merece agregarlo a la lista de celebridades saltillenses de la calle en mención.

García Rodríguez nació en 1872, en la casa situada en la calle de Victoria, casi esquina con Mina. La labor de don Pepe dejó una imborrable huella en muchísimas generaciones de estudiantes del Ateneo Fuente y de la Escuela Normal de Coahuila, ambas instituciones de las cuales fue director.

DE DON JULIO TORRI, LA GLORIA LITERARIA

A unos pasos de la casa de García Rodriguez, por la acera de enfrente a lado del hotel San Esteban, 1889-1970, llegó a este mundo otro distinguido personaje, Julio Torri Maynes. Estudió el bachillerato en el Ateneo Fuente, después cursó la carrera para licenciado en derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. En 1933 se doctoró en letras en la UNAM. Perteneció al Ateneo de la Juventud. En 1953 ocupó la silla número 12 de la Academia Mexicana de la Lengua.

PRECURSOR DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

A escasos metros de la casa de la familia Torri vivía la familia González de la Garza, conformada por 16 hijos, el octavo —Federico, 1876-1951—, estudió abogacía, fue precursor de la Revolución Mexicana, trabajó al lado de Francisco I. Madero y fue gobernador del Distrito Federal, cargo al que renunció unos días antes del estallido de la Decena Trágica.

EL ÚNICO PRESIDENTE SALTILLENSE DE MÉXICO

El más pequeño de la familia González Garza, Roque Victoriano, 1885-1962, participó en la Revolución Mexicana, hasta ahora es el único saltillense que ha sido presidente de México, del 16 de enero al 10 de junio de 1915.

EL HOGAR DE UN PINTOR DE BATALLAS

Justo enfrente de la familia González Garza, estaba la casa, hoy Oficina de Correos, donde nació en 1867-1937, Francisco de Paula Mendoza Escobedo, renombrado pintor que se especializó en batallas militares, paisajes y retratos. Fue alumno de José María Velasco en la Academia de San Carlos.  

LA CASA DEL PERSONAJE MÁS POLIFACÉTICO

Más adelante de la casa de Mendoza Escobedo, en la esquina de Victoria y Acuña se encontraba el hogar de Domingo Alessio Bello, comerciante originario de Salerno, Italia y la tlaxcalteca Crisanta Robles, el matrimonio tuvo siete hijos, distinguiéndose los tres primeros. El mayor José Vito, 1889-1957, militar, ingeniero, político, escritor, historiador, periodista, diplomático y académico. El segundo hijo, José Carmen, 1881-1921, militar de filiación federal y villista participó en la Revolución Mexicana. El tercero Miguel, 1884-1951, abogado, periodista, escritor y académico y protagonista de múltiples eventos de la Revolución Mexicana.

EL SALTILLENSE QUE FUE CRONISTA DE LA CD DE MÉXICO

En contraesquina de la casa de los Alessio Robles, donde nació Artemio de Valle Arizpe, 1884-1961, escritor, abogado y diplomático. Realizó sus primeros estudios en el antiguo Colegio de San Juan y el Ateneo Fuente. En abril de 1933 fue nombrado miembro de la Academia Mexicana, ocupó la silla número 10.​ En 1942 fue nombrado Cronista de la Ciudad de México.