La permanencia en casa y las convivencias forzadas, sumadas a la nula educación sexual y la omisión de cuidados que ya existía, potencializaron los delitos sexuales, coinciden expertos en salud mental.

Los factores que propició la pandemia como la falta de privacidad, confinamiento forzado, convivencias entre niños y adultos, así como el nulo control de impulsos sexuales, llevaron a cometer muchos más delitos sexuales.

“Encontramos que quienes son los abusadores son personas cercanas a la familia”, comentó la psicóloga forense, Teresita Barrientos, quien lamentó que dichas condiciones, sumadas a una deficiente educación sexual integral, y la inexistente cultura de la prevención, pusieran en riesgo sobre todo, a niños, adolescentes y mujeres.

Destacó que lo más importante es trabajar e implementar mayores políticas públicas para fomentar la educación sexual integral. “Esto involucra tanto al agresor como a la víctima, por una parte la educación sexual combate para que quienes no lograron controlar sus impulsos sexuales lo hagan y no cometan delitos sexuales en contra de, por ejemplo, niños”, dijo la especialista.

Mientras que para quien se convirtió en víctima, la educación sexual permite identificar desde el primer momento, signo o síntoma de lo que es una conducta violatoria.

“Lo más importante es fomentar la cultura de la denuncia así como reeducar a los padres para creerles a sus hijos”, reiteró Barrientos.

Es momento de hablar de la educación sexual como un escudo que protege tanto de no cometer un delito, como de no sufrir un abuso.

PROBLEMAS ESTABAN AHÍ

El psicólogo Luis Salazar dijo que la pandemia evidenció e hizo que surgieran, padecimientos mentales que antes no eran tomados en cuenta.

Además de que el tiempo de ocio mostró actos que podrían detonarse de permanecer en confinamiento, prueba de que todas las personas deben buscar hacer alguna actividad de recreación con o sin pandemia.