Usted está aquí
Rechazo y polémica en proyecto de AMLO al sureste del país
CDMX.- Desde su concepción, el Tren Maya ha sido motivo de críticas y descalificaciones por el monto de recursos que se emplearán en su construcción, en momentos en que el país requiere cubrir otras necesidades.
La licitación del primer tramo, que irá de Palenque, Chiapas, a Escárcega, Campeche, fue asignada a Mota-Engil México, por 15 mil 538 millones de pesos. El segundo, de Escárcega a Calkiní, Campeche, se entregó a Operadora Cicsa y FCC Construcción, por 18 mil 553 millones de pesos. En tanto, el tercer trecho, que va de Calkiní a Izamal, Yucatán, estará a cargo de Construcciones Urales, por 10 mil 192 millones de pesos. El primer tramo fue adjudicado a una empresa beneficiada en el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto. La constructora que ganó el segundo segmento fue imputada en 2019 en España por presuntamente dar sobornos a políticos y funcionarios de Panamá a cambio de obras públicas en ese país.
La firma que edificará el tercer tramo construyó el segundo piso del Periférico de la Ciudad de México en 2005, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno.
A estas voces se suma el rechazo de comunidades indígenas de Calakmul, Campeche, que se oponen a la construcción del proyecto. Reclaman que, si bien el objetivo del gobierno es impulsar el turismo y el comercio, “pierden de vista que faltan servicios fundamentales, como el agua”.
En diciembre, comunidades indígenas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo frenaron el segundo tramo del tren, que va de Escárcega a Calkiní, al obtener una suspensión mientras se resuelve el recurso de amparo promovido.