Los signos de que la recuperación económica no se está dando a la velocidad prevista -menos aún a la requerida- se acumulan. Uno de los más preocupantes es el relativo al encarecimiento que están registrando los alimentos. ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Qué anticipa este fenómeno?

Para entenderlo, en la edición de CONVERSANDO de este martes, Antonio Serrano, profesor investigador de la UAdeC, director del Instituto de Estudios Empresariales de la Canacintra y articulista de VANGUARDIA, explicó cuáles son algunas de las causas y teorías sobre la situación.

Empezando con la conversación, el especialista en economía dijo que este es un fenómeno mundial que se esperaba en al menos 12 o 15 años.

“En los últimos 12 meses, hemos visto un incremento sostenido de los precios, mas o menos de un dos o tres por ciento sigilosamente cada mes y esto se ha dado principalmente en mercados y supermercados, y aunque no en la misma proporción, ya hemos visto precios arriba del 25 por ciento en centrales de abastos”, puso como contexto.

Como parte de la problemática, dice que están todos los estragos de la pandemia que ya ha dejado a las productoras de alimentos, pues no sólo impactó en el alimento, sino en toda la logística que es primordial y demandante en este rubro económico.

“Uno no piensa lo complicada que es la logística de los alimentos, pensamos en el precio y sus características. Y es aquí donde tenemos que reflexionar. La logística es vital para que llegue en su mejor momento al consumidor; si esto falla, entonces se pierde. De manera natural, los alimentos en fresco tienen mucha merma”, expuso.

Detalló, que existen estudios que indican que también ha influido que en la última generación, los jóvenes no están interesados en el campo por las carencias que significan, por la lejanía con la tecnología, y ello a su vez vuelve compleja la operación de los productos y la logística de transportación.

Como ejemplos, expuso que el trigo es uno de los casos de los productos que han sufrido cambios, pero también la papa, que se incluso se produce en Coahuila,

Además, expuso que la pandemia hizo todavía más estrecha la posibilidad de venta del campo, y los grandes intermediarios ahora son menos que antes al decidir abandónalo después de que se propagó el virus en el país y en el mundo.

“Aunque no está confirmado, se dice que alrededor del 30 por ciento de los grandes intermediarios salieron del mercado del mundo, entonces hizo que los grandes compradores fueran más pocos, y ahora, quién va a comprar con condiciones muy baratas al productor y va a vender muy caro al siguiente escalón de la cadena de venta”, expresó.

“Esta pandemia nos afectó en todo un sistema que a veces no hemos visto, o a veces no entendemos”, dijo Antonio Serrano.

Sobre los problemas que han presentado desde los supermercados o las centrales de abasto, Serrano explicó que el costo de los inventarios ha aumentado en medida que la recepción de los alimentos lo ha hecho, y es por ello que los costos de los productos también han tenido que incrementar sus precios.

Agregó, que la intervención del gobierno sólo interviene en la tecnología del campo y su rescate, pero no puede hacerlo con dinero a la mano para los productores o los intermediarios y vendedores finales del producto.