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Se blindan en Italia contra la Superliga
La federación italiana de fútbol añadió el lunes una cláusula “anti-Superliga” en su normativa, la cual facilitaría la expulsión de un club que intente unirse a un torneo no afiliado a las entidades rectoras. El cambio en el código establece que los clubes que decidan incursionar en competiciones privadas no podrán participar en las ligas domésticas.
Fue aprobado unánimemente por el Consejo Federal de la FIGC (las iniciales de la federación italiana). El director ejecutivo del Inter de Milán, Giuseppe Marotta, es uno de los miembros del Consejo. El Inter, actual líder de la Serie A, así como la Juventus y el Milán, fueron los equipos italianos que se embarcaron en el lanzamiento de la Superliga.
“Los que decidan participar en torneos no autorizados por la FIGC, la FIFA o la UEFA perderán su afiliación”, advirtió el presidente de la FIGC Gabriele Gravina. El proyecto de la Superliga, concebido por varios de los clubes de la élite del fútbol europeo, fue desbaratado en su cuna cuando todos los seis clubes ingleses fundadores se bajaron casi de inmediato ante el fuerte rechazo que generó entre los hinchas y las autoridades. El Inter y el Atlético de Madrid renunciaron poco después
La Juventus y el Milan reconocieron que el plan no tenía futuro, pero dejaron abierta la posibilidad de unirse a una Superliga más adelante. “De momento, no tenemos novedades sobre los que siguen o los que han renunciado a la Superliga", dijo Gravina.
“Esta regla aplica a las licencias nacionales. Queda establecido que si para el 21 de junio... alguien decide participar en competiciones de naturaleza privada, no podrán tomar parte de nuestra liga", añadió.
Gravina, quien la semana pasada señaló que los tres clubes italianos no iban a ser sancionados por participar en el fallido plan, reiteró su punto de vista de que la experiencia de la Superliga sirva como un llamado para realizar cambios.
La federación se ha abocado a reformas, las cuales serán presentadas en breve. Gravina mencionó que se contempla estrenar playoffs para el descenso y ascenso y reducir la cantidad de equipos en la Serie A.
“Quienes hayan interpretado la Superliga como un acto de debilidad por diversos clubes que pasan por un mal momento económico o una insurrección en los estamentos del fútbol se equivocan”, dijo Gravina. “Es un asunto delicada que precisa de mayor análisis”.