Mujeres infinitas

Usted está aquí

Mujeres infinitas

ESMIRNA BARRERA

Cuando se habla del tema mujeres, hay muchos lugares comunes que ya han ido quedando atrás con las abuelas ya fallecidas y con algunas madres de antaño; la abnegación y sacrificio sin límite ahora se sustituyen por conocimiento holístico, periférico y científico aplicado en todos los campos de actuación económica.

Aunque desde hace siglos hay mujeres connotadas en la ciencia y en las humanidades, ahora la mujer tiene su propia carta de residencia en la Tierra sin el permiso del varón, con sus características inalteradas en lo que Rosario Castellanos definió como “el eterno femenino”.

La mujer cada vez menos responde a estereotipos, saben de la finitud de la existencia, aunque ellas mismas por sus alcances, son infinitas.

Al escribir sus pensamientos tienen una visión cósmica y su léxico discursivo es riquísimo, tanto que también se apropian del lenguaje verbal de los hombres cuando tienen que enfrentarnos en el mundo de lo vulgar, y entonces sacan esas palabras altisonantes que hubieran hecho palidecer a más de un parroquiano de cantina del siglo pasado.

Han hecho suyo lo que les corresponde, viviendo activamente nuevos roles en los que jamás hubieran soñado las mujeres de los años veinte que se rebelaron y cortaron sus cabellos en melenas al hombro.

La moda es que ya no existe moda, la mujer es cada día más práctica y ejecutiva, decide hoy lo de hoy y se da un respiro para las decisiones de mañana. Deciden cuándo y de quien embarazarse y muchas prefieren criar a sus hijos sin una pareja.

No hay un ser más resiliente que la mujer, porque se adapta de manera pronta a los cambios de su entorno. Antes necesitaban casarse para agregarse un apellido y para ser las dueñas de una casa, ahora son las dueñas de su destino y siguen demostrando su fortaleza cuando en un matrimonio quedan viudas y sobreviven con éxito de la pérdida.

En condiciones de pandemia la mujer comprende de manera natural lo que debe hacer para salir adelante pese a los obstáculos gubernamentales; se informa en tiempo real de lo que ocurre porque constituye el vínculo de certidumbre en la salud para los hijos; ella siempre ha estado allí. El COVID-19 ha refrenado su vuelo, pero eso no será para siempre.

En el año que ha transcurrido desde que inició la pandemia muchas mujeres se han preparado más y han hecho acopio de su talento para las tareas múltiples que las hacen poderosas, porque además les gusta lucir bien según sus propios cánones de belleza.

Conozco a más de una que en este fatídico año concluyó el proyecto de investigación para sus estudios doctorales y se dio la oportunidad de ser activista virtual y hasta presencial de causas femeninas.

El COVID-19 seguirá mutando, y será la mujer con sus posibilidades infinitas la que le pondrá un cerco, pues la sustentabilidad en muchos sentidos es femenina, y quién con mayor probidad para asegurar que las cosas ocurran cuando hay emergencias sanitarias.

No es la primera vez que las mujeres serán el componente de vanguardia para la supervivencia humana.

Sustentabilidad es sinónimo de calidad de vida y ese es el propósito de toda mujer, propiciar un mejor mundo para los demás, por ello mi rechazo a la violencia física o verbal en su contra. Que no haya una víctima más de la opresión masculina.