Relatos y retratos de Saltillo: historia de los fortines Maximiliano y Carlota

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Relatos y retratos de Saltillo: historia de los fortines Maximiliano y Carlota

Ubicación. Según lo revela un mapa hecho en la época de la intervención francesa, a este lugar se le denominó Fuerte Maximiliano, situado al sur de Saltillo. CORTESÍA
Conozca dónde se ubicaron estos baluartes para proteger la ciudad

En 1863, ante la inminente llegada de las fuerzas del Ejército francés al Valle de México, el presidente Benito Juárez dejó la capital de la República. Junto a la Comisión Permanente del Congreso, emprendió un largo peregrinar por varias ciudades del nortedel país-.

Su primer punto fue San Luis Potosí, de donde partió el 22 de diciembre, después permaneció algunos días en el Mineral de Real de Catorce; de ahí una dura y extenuante jornada le esperaría camino a Saltillo, el cansado Presidente juntó tropas, ministros y asesores, entre los que se encontraban Francisco Zarco, Guillermo Prieto, Lerdo de Tejada, Juan Antonio de la Fuente, arribaron a la ciudad un 9 de enero de 1864.

Juárez estableció su residencia en la vieja casona de las calles de la Parroquia y del Cerrito, hoy llamadas Juárez y Bravo. Durante su estancia en Saltillo, el presidente Juárez puso en marcha varias tareas, una de las primeras fue la de recuperar la recaudación de impuestos de las aduanas de Coahuila y Tamaulipas, ya que el gobernador Santiago Vidaurri controlaba los recintos desde tiempo atrás, así como los ingresos, al final terminó por negárselos a Juárez.

Ante la negativa y desaires de Vidaurri, el presidente Juárez de regreso a Saltillo decretó la separación de Coahuila a Nuevo León. Siempre me he preguntado qué hubiera pasado si el Presidente hubiera recuperado aquellos impuestos. Aquel disgusto y coraje del Mandatario provocó que renaciera el Estado de Coahuila. Después de tres meses de permanecer en Saltillo se trasladó a Monterrey.

Las tropas francesas al mando del general Casatagny, llegaron a Saltillo a mediados de agosto, Juárez quien se encontraba en Monterrey emprendió nuevamente su camino hacia el norte, el Presidente salió a Álamo de Parras, hoy Viesca y se dirigieron, a Chihuahua y después seguiría a Paso del Norte hoy Ciudad Juárez.

PROTEGER LA CIUDAD

Cerca de 45 días después del arribo de las tropas francesas a la ciudad de Saltillo, iniciaron la fortificación de la ciudad. Para dichos trabajos levantaron un mapa, afortunadamente está resguardado el original en la mapoteca Manuel Orozco y Berra de la Secretaría de Agricultura.

Los galos pusieron el título de “Mapa de Saltillo y sus alrededores”, en esta proyección se aprecian claramente los principales edificios y plazas de la ciudad, así como la distribución de las retorcidas calles. Por el lado sur se ven las tres fortificaciones que usaron durante la intervención, la marca que se aprecia abajo a la derecha hace referencia al reducto americano, fuerte hecho precisamente porque fue construido por el Ejército norteamericano en 1847.

Desde siempre se supo, como lo han afirmado algunos historiadores, que el Fortín de Carlota se encontraba a la misma altura que el Fortín de los Americanos, hacia la izquierda después del Ojo de Agua, más o menos situado en las hoy calles de Hidalgo y en el perímetro de la calle Félix U. Gómez y Ojo de Agua.

Interesantes revelaciones nos da este mapa, primero el fortín al que siempre se le llamó Fortín de Carlota, en realidad el mapa lo muestra como Fortín de Maximiliano, en el mapa claramente se ve dibujada la forma redonda que tenía el fuerte.

Los franceses construirían otro fortín de forma rectangular sobre la loma que se encuentra al pie de la hoy calle de Escobedo, entre las calles Morelos y Mina, a este baluarte lo llamaron Carlota, de esta edificación se sabe poco, seguro desapareció al poco tiempo que se marcharan los franceses.

El mapa es claro, nos revela que el Fortín de Carlota estuvo situado sobre una parte alta por la que hoy es la calle de Escobedo y el Fortín de Maximiliano estuvo en la entrada sur de la ciudad en el cruce de las antiguas calles Real y de la Atarjea. Gracias a este valioso documento de la cartografía militar, podríamos salir del error, hay que recordar que una mentira dicha mil veces se vuelve verdad.