Cuando juega la selección Mexicana es un día de fiesta nacional. Hasta nos cambia el estado de ánimo, tenemos esperanza, una razón para sonreír, este juego nos lleva más cerca de la copa del mundial. Estamos listos para vivir una vez más este proceso.

Desde que era pequeña, cada vez que México jugaba un mundial, recuerdo perfectamente a mis tías, tíos, abuelos, papás, diciéndome: esta es la buena. Ahora sí, tenemos al mejor equipo, ahora sí llegaremos a la semifinal mínimo. Y bueno, la historia ya la sabemos de los famosos cuartos de final.

No es mi intención hacer un análisis del ejercicio deportivo de la selección mexicana, pero sí una analogía del apoyo a un equipo. Todas y todos sabemos que la selección tiene problemas, defectos, áreas de oportunidad, como todo, es perfectible. Sin embargo, nunca ha escuchado decir a alguien que hay que deshacerla o de plano dejar de participar en el mundial porque nada más no servimos para ganar campeonatos.

Exactamente es lo que pasa hoy cuando hablamos de órganos autónomos. Esta semana volvió a tomar empuje la idea (no nueva) de Andrés Manuel López Obrador de que las secretarías adquirirían las funciones de los órganos autónomos: Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), y éstos debían desaparecer porque son muy caros, ineficientes y palabras más, palabras menos, no sirven para nada. Siguiendo la analogía de la selección mexicana, pues sí no sirven para ganar mundiales, hay que desaparecerlos.

Los órganos autónomos son entidades para que sirvan de contrapeso al poder, al Poder Ejecutivo en específico. Ellos deben ser quienes salvaguarden los derechos de las y los mexicanos ante el ejercicio del poder. Hoy, quiero centrarme en el Inai porque yo misma viví el proceso del cambio del Ifai al Inai (recordemos que la Ley General de Transparencia cambió en el 2014 y dio origen al Sistema Nacional Anticorrupción y al Sistema Nacional de Transparencia) y casi dos años de mi vida profesional los viví en esa institución y hoy más que nunca me parece relevante su función. El Inai por definición es el órgano encargado en tutelar los derechos de acceso a la información pública y la protección de datos personales.

¿QUÉ ES ESTO?

El Inai y los diferentes órganos autónomos son de todas y todos los mexicanos. Sí, no son perfectos y tienen muchas áreas de oportunidad, pero en ningún momento es una mejor opción desaparecerlos totalmente. México es un país sumamente complejo que para encontrar las mejores propuestas a los retos que vivimos se necesita de la participación de todas y todas. La única forma en qué podamos participar de manera activa y crítica es teniendo la información de los problemas públicos. El Inai es la única entidad hoy que protege nuestro derecho a saber. En tiempos donde la información se vuelto parte indispensable en la vida diaria, el saber cómo funciona, en qué gasta y cómo prioriza las problemáticas públicas el Gobierno, es fundamental para construir el país que queremos. El Inai es de todas y todos. No es un capricho de unos cuantos como dice López Obrador, es la lucha de años de muchos activistas a favor de fortalecer nuestra democracia.

Señor Presidente, lo invito mejor a proponer cómo hacemos al Inai un órgano más eficiente, más participativo, más cercano. ¿Cuál es su estrategia? Al igual que la selección mexicana, estamos confiados que el siguiente, sí será nuestro mundial, es cuestión, de seguir apoyando el equipo, de seguir trabajando, pensando fuera de la caja. ¿Usted? ¿Qué confianza le tiene a las y los mexicanos capaces de participar en las decisiones públicas?

La democracia se construye todos los días y cambia conforme a las realidades de nuestro país. Al igual que el fútbol, se tiene que tener a las y los mejores. #CiudadanosdeTiempoCompleto​