El 2020 ha sido un año atípico, la sorpresiva llegada del coronavirus detuvo la loca y acelerada dinámica, nos paró a todos, nos encerró en casa, nos cambió los planes, nos alteró las prioridades. Llenó de preocupación y dolor los hogares, a algunos nos arrancó a un ser querido y nos dejó sin la posibilidad de despedirlo.

Pero de este escenario tan complejo también podemos aprender. ¿Qué enseñanzas nos deja el 2020?

Aceptar nuestra vulnerabilidad. Ni con todo el desarrollo, ni con toda la tecnología se pueden controlar totalmente los riesgos. Podemos mitigar, es decir intentar reducir el impacto y sus consecuencias. La COVID-19 nos ha hecho entender lo que significa vulnerable y en este sentido, la problemática del cambio climático debería retomarse como prioridad en la agenda pública, ya que es un fenómeno que aumenta nuestra vulnerabilidad en múltiples sentidos. 

Redefinir nuestras prioridades. La salud se convierte en lo mas importante, prevenir ahora reviste una mayor importancia. En un país donde las enfermedades crónico degenerativas son la principal causa de muerte, además de cambio de hábitos de alimentación, ahora hacer deporte y utilizar áreas verdes se convierte en una prioridad en las ciudades. Por ello la planeación urbana debe transformarse hacia soluciones basadas en la naturaleza, con una visión integral. Necesitamos ciudades mas verdes, diseñadas para caminar y no perder tanto tiempo en un vehículo para transportarnos. En esa redefinición de prioridades está también el uso del tiempo, a quién o a qué dedicamos nuestros días. 

Necesitamos mas empatía. La dinámica acelerada en que estábamos inmersos nos hizo olvidar que las acciones de uno, afectan al otro y como sociedad tenemos mucho que reflexionar y asumir como responsabilidad. A través de mis acciones contribuyo a la solución o al problema. Desde esta perspectiva, informarnos y educarnos para conservar nuestro planeta es fundamental como sociedad. 

Redefinir la normalidad. ¿Añoramos volver a lo mismo de antes o queremos ser mejores? Las crisis son oportunidades de crecimiento para determinar las debilidades y hacerles frente. Definitivamente, una nueva normalidad debe estar basada en nuevos hábitos, en decisiones mas conscientes y en esfuerzo para cuidar lo mas importante de vida y dar lo mejor de nosotros mismos para construir una mejor sociedad, con mayor resiliencia y mejores valores. 

De corazón les deseo que esta época de Navidad y fin de año sirva para reflexionar profundamente sobre las prioridades de nuestra vida y agradecer por las cosas buenas que tenemos. Felices fiestas.