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Hijos ‘ecoparlantes’ de sus padres
¿Qué significa ecoparlantes? Eco significa la repetición de un sonido normalmente por su rebote en otro cuerpo. De pequeño me encantaba gritar contra las paredes de piedra de las montañas y escuchar el eco de mis palabras. La mitología griega nos refiere de la ninfa Eco, cuya voz se repetía en un bosque, luego de su muerte. Y parlante es una persona que habla. En otras palabras, un hijo es “ecoparlante” ya que repite las mismas palabras que los padres expresan oralmente.
El niño desde muy pequeño escucha e imita las palabras que escucha de los padres y medio ambiente. Me llamó la atención hace algunas semanas que unos papás de comentaron que la primera palabra que su primogénito dijo al año y medio no fue “papá” o “mamá”, sino “yutu” (Youtube). Los padres juegan un rol muy importante en su aprendizaje y desarrollo emocional. Los niños son una “esponja” ya que absorben todo lo que está en su medio positivo y negativo. Si el padre expresa y le grita a su hijo: “¡Te odio! ¡Eres un tonto e inútil!” Años después de este tipo de interacciones el niño se habla y repite (eco) a él mismo: “No valgo. Nadie me quiero. No puedo hacer nada bien.” No hijos empiezan hablarse en forma negativa: “Yo soy… Yo nunca… Yo siempre…” y estas palabras que se repiten en su eco interior creencias negativas y provocan emociones autodestructivas en su autoestima e inseguridad en sus acciones.
En una segunda situación de conflicto con el hijo le digo: “Entiendo que estés enojado por no tener lo que quieres, pero no es la forma de actuar o responder. Quiero que te tranquilices porque con gritos no se resuelve tu enojo. Respira, sal a caminar un poco y piensa nuevamente en tus palabras. Entonces, podemos hablar.” El niño aprende que hay otras formas de canalizar las conductas inadecuadas y se deben respetar las reglas. No necesitamos agredir a la persona de nuestros hijos para que aprendan la lección. El niño y adolescente debe aprender que hay reglas y expectativas que deben ser cumplidas, pero también hay que enseñarles que hay formas saludables para regular conductas indeseables.
La repetición de palabras ofensivas y denigrantes será repetida en toda su vida como un eco y vivirá encadenado a sus creencias autodestructivas y no podrá vivir con plenitud y ser feliz. Como adultos debemos aprender a controlar nuestros impulsos y no hay justificación de desbordar nuestro enojo en ellos, aunque podamos tener la razón. Un niño ecoparlante que se habla a sí mismo “soy un inútil” siempre estará atado a sus miedos y será vulnerable a cualquier adversidad que se enfrente a su vida. Los invito a cambiar la forma de hablar a nuestros hijos. Evitar: “Eres un tonto para las Matemáticas. Tu cabeza nunca las podrá entender” y es mejor: “Hijo, tú puedes aprender Matemáticas, lo que te falta es practicar más, poner atención, no rendirte ante algo no sepas… etc.” Nuestras palabras deben estar dirigidas a su conducta y no hacia su persona. Esto hace una gran diferencia en la autopercepción de los hijos y evita que se ecoparleen negativamente y se destruyan.