‘Mujer en Papel’

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‘Mujer en Papel’

Hoy en punto de las 18:00 horas a través de Facebook y You Tube la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) premiará como el Mejor Libro del Año a “Mujer en papel”.

“Mujer en Papel: Memorias inconclusas de Rita Macedo” cuya recopilación y edición llevó a cabo su hija Cecilia Fuentes, producto de la relación que mantuvo con quien Rita considera en las mismas como “el amor de su vida”, el prestigiado escritor Carlos Fuentes, ha sido designada con este honor por parte del público y por la Cámara como el Mejor Libro de no ficción, puesto que como el título lo dice son las memorias escritas por la actriz hasta el día en el que se quitó la vida el 6 de diciembre de 1993 a los 67 años de edad y que luego de un par de décadas después su hija Cecilia se decidió a concluirlas, teniendo como única censura no del resto de su familia sino más bien de las personas que cuidan el legado de su padre de adaptar sus cartas, dibujos, notas, postales y telegramas para contarlas en voz de Rita.

El libro con el sello de la editorial Trilce es uno de cajón para todo lector amante del cine mexicano, pero también de la historia contemporánea de nuestro país, y lo inicia Rita remontándonos al momento no de su nacimiento sino de su madre, “Mamá Julia”, mejor conocida como la dramaturga, guionista y escritora de origen poblano Julia Guzmán, y de cómo los orígenes, crianza y educación de su progenitora influyeron más en sus respectivas actividades posteriores de esposa y madre, que como actriz dentro del cine mexicano donde si bien Julia Guzmán dejó su legado propio a través de sus guiones Rita y su hija, la también actriz Julissa, lo hicieron frente a las cámaras enfrentándose a su propia realidad y demonios familiares heredados como los que Rita cuenta detenidamente en su texto.

Pero enfocándose casi desde la página siguiente de aquel mismo capítulo inicial a su propia vida, Rita nos cuenta desde la forma en que se dio su nacimiento con el nombre de pila de Conchita por haberse dado el 8 de diciembre de 1925; a cómo pasa de estar internada casi toda su niñez y adolescencia por ser hija de una madre divorciada quien fue la que se encargó de su tutela a inclinarse por la actuación, pero de cómo en sus inicios a pesar de haber tomado clases con maestros como Seki Sano poseedora de una muy baja autoestima se sentía tan incapaz de llegar a ser una buena actriz que terminó por ejercer “la profesión más antigua del mundo”, codearse en ese contexto con figuras como Howard Hughes y su llegada por primera vez a Hollywood en el entendido que viajaba como actriz, cuando era para algo más.

De vuelta a México, nos enteramos de cómo el director Julio Bracho la bautiza en su primera película protagónica e importante, “Rosenda”, de 1943, al lado del primer actor saltillense Fernando Soler como Rita “ … porque Conchita significa otra cosa en Argentina”; cómo la corretea literalmente Bracho casi al concluir ese rodaje; le hace “propuestas indecorosas” el productor Gregorio Walerstein; sorprende a Buñuel como actriz desde su primera colaboración juntos en “Ensayo de un crimen”, al lado de su amigo y confidente Ernesto Alonso; pasa de enlaces conyugales por inercia a la apasionada relación con Carlos Fuentes; es parte del círculo intelectual de sus no menos famosos amigos escritores; destaca como productora teatral en puestas como “Las criadas”, de Genet, al lado de Ofelia Guilmain, en 1959, y más. 

En esta obra, por ejemplo, menciona además que como asistente de dirección debuta la también coahuilense Nancy Cárdenas, entre muchas anécdotas por su paso en ese añorado México del siglo XX.