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La crema de la intelectualidad en el desplegado contra López Obrador
La crema intelectual de este País ha publicado un desplegado contra el presidente Andrés Manuel López Obrador en una manifestación de nuestra ya clásica tragicomedia mexicana, alertando al mundo respecto a que “la libertad de expresión está bajo asedio en México” y con ello “está amenazada la democracia”.
Y no se trata de defender a AMLO, que en este espacio hemos criticado por no cerrar el pico, sino que no hemos visto un asedio verdadero contra la prensa como sucedía en el pasado desde la época de Miguel Alemán, el presidente que aplastó a la revista “Presente” de Jorge Piñó Sandoval, destruyendo su imprenta y obligando a Piñó al exilio en Argentina.
Basta leer “Prensa vendida” de Rafael Rodríguez Castañeda para enterarnos de cómo se atacaba la libertad de expresión en el siglo pasado. Un asunto que no cambió en los sexenios de la “Docena PÁNica”.
Con Adolfo López Mateos se endureció el trato al periodismo disidente a través de PIPSA, como sucedió con “Política”, la revista crítica de Manuel Marcué Pardiñas. En cambio, por el lado de los grandes “chayoteros” de la época, Federico Barrera Fuentes, en su discurso frente al presidente, justificó la represión al movimiento ferrocarrilero y el encarcelamiento de Valentín Campa y Demetrio Vallejo.
Gustavo Díaz Ordaz encarceló a Víctor Rico Galán y Adolfo Gilly, torturó al caricaturista Rius y cerró el Diario de México, periódico de don Federico Bracamontes.
El 8 de noviembre de 1976, el presidente Luis Echeverría orquestó el golpe a Excélsior y a su director Julio Scherer. Claro, apoyado por el Consejo Coordinador Empresarial de Claudio X. González, abajofirmante. El golpe fue novelado en “La Guerra de Galio” con nombres ficticios y hechos deformados por el ahora “perseguido” intelectual Héctor Aguilar Camín.
José López Portillo ejerció la censura en contra de la revista Proceso de don Julio Scherer. Aunque ahora Carmen López Portillo, hija de Jolopo, también firma por estar bajo asedio, según ella.
El gobierno de Miguel de la Madrid asesinó a Manuel Buendía y Manuel Bartlett no es ajeno al hecho, por eso el extrañamiento reiterado de este columnista a AMLO.
Con Salinas de Gortari, la prensa nacional se convirtió en vocera oficial de la Presidencia. Así lo señaló Miguel Ángel Granados Chapa, memorable periodista de Plaza Pública.
Al iniciar su sexenio, Vicente Fox tronó contra la prensa y advirtió desde su programa de radio “Fox contigo” que había voces que le estaban recomendando acotar la libertad de expresión y exigió a los reporteros dejar de atacarlo con babosadas: “Ni crean que me van a tumbar con críticas”. El vocero en su campaña, Juan Ignacio Zavala fue acusado de represión a periodistas. Ahora firma el desplegado. Fox y Felipe Calderón acabaron con Monitor, el noticiero del legendario periodista José Gutiérrez Vivó.
Otros abajofirmantes de la crema intelectual son la carcunda Fernanda Familiar; María Elena Morera, asesora de Genaro García Luna y Otto Granados, vocero del sistema de quien Rodríguez Castañeda opina: “Poderoso vocero del candidato Salinas. Convirtió a Televisa e Imevisión en canales del PRI. Dominó las artes de la seducción y el sometimiento de periodistas. Ya como vocero presidencial, obligó a Jesús Cantú a renunciar a la dirección de El Porvenir.
Vaya pues con la rancia crema intelectual.