¿Apoyamos o resolvemos?

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¿Apoyamos o resolvemos?

Hemos empezado el nuevo ciclo escolar en una nueva normalidad: clases a distancia (online). Hace seis meses el rol de los padres era levantar a sus hijos, vigilar que desayunaran, llevarlos a la escuela, recogerlos, revisar que realizaran sus tareas, asistir actividades extracurriculares y dormirlos temprano. Hoy es diferente: se levantan pocos minutos antes de empezar las clases y muchas veces desayunan durante ellas; dejaban todo el proceso de aprendizaje en manos de los maestros en la escuela, ahora muchos papás están presentes en las clases de sus hijos, responden por ellos, cuestionan a sus maestros por su mala enseñanza y falta de comprensión de sus hijos y hasta realizan sus tareas. Comprendo que ahora los chicos se enfrentan a otra realidad escolar más difícil. Lo que antes era ir a la escuela y el ambiente favorecía a la enseñanza, al aprendizaje y a la disciplina, ahora en casa el contexto es resolver problemas familiares, domésticos, profesionales y escolares.

Muchas escuelas, ante la nueva normalidad, han modificado su currículum, horario, metodologías y estilos de control de grupo. No es lo mismo tener a los alumnos entre cuatro paredes y controlando todas las variables de aprendizaje que verlos en pantalla y confiar en los padres que supervisen el entorno del niño en casa. Algunos padres acompañan a sus hijos en sus clases sincrónicas (escuchan al maestro en tiempo real, pero a distancia) y hacen comentarios: “El maestro no tiene disciplina del grupo ya que platican mucho” o “No le pregunta a mi hijo”. Algunos otros papás toman la clase mientras su hijo está jugando o distraído. Otros responden a las preguntas que hace el maestro a su chico. Pareciera que el maestro no tiene control del grupo porque los alumnos están conversando entre ellos, sin embargo, los niños y adolescentes necesitan conectar y dialogar con sus compañeros. Han pasado casi seis meses desde la última vez que se vieron y es fundamental el reconectarlos socialmente. Claro que toda interacción debe ser con reglas y ciertos turnos, como una mamá me comentaba: “La maestra tiene tiempos para que hablen los alumnos entre ellos, pero algunas niñas acaparan las conversaciones y no dejan que los otros puedan hablar, entonces hacen otras cosas o se desconectan”.

Los papás estamos para apoyar a nuestros hijos, pero no para resolverles todas sus obligaciones, especialmente de aprendizaje. El niño debe escuchar, entender, realizar y responder lo que el maestro le solicita. Si los papás tomamos notas de sus clases, leemos las actividades para responder las preguntas del maestro o realizamos las tareas para que nuestros hijos solamente la entreguen, ¿cuándo aprenderán? Los papás estamos para apoyar, animar, facilitar y crear un espacio y tiempo idóneo para que comprendan y asimilen en forma significativa y permanente los objetivos y competencias escolares.