NUEVA YORK.- La marca de Novak Djokovic en tiebreaks ya es francamente implacable. Con el partido del debut en el Masters 1000 de Cincinnati ante Ricardas Berankis, el serbio lleva un récord de 19-0 partidos en el año, pero en los desempates está 8-0. Incluso ganó 18 de los últimos 19 desde la Final de Wimbledon de 2019.

El desempeño en tiebreks es parte del éxito y Djokovic se ubica en el puesto 13 con los ganados en su carrera al 64.5 por ciento. Lo incrementó a la perfección en los dos primeros meses de esta temporada y parece no tener una barrera que lo detenga.

Su primer partido de la temporada en la ATP Cup fue una victoria por 7-6 (5), 7-6 (6) sobre Kevin Anderson. El serbio salvó un punto de set en 5/6 en el tiebreak del segundo set y caminó desde ahí. Luego derrotó a Denis Shapovalov 4-6, 6-1, 7-6 (4) en los cuartos de final y a Rafael Nadal 6-2, 7-6 (4) en la final para marcar el tono del tiebreak para enero y Febrero.

En la semifinal de Dubai, Nole derrotó a Gael Monfils 2-6, 7-6 (8), 6-1, remontándose de 3/6 en el tiebreak para salvar tres puntos de partido consecutivos y ganar en el tercer set.

Esta carrera asombrosa comenzó en la final de Wimbledon 2019, donde Djokovic derrotó a Federer 7-6 (5), 1-6, 7-6 (4), 4-6, 13-12 (3).

La forma en que Djokovic elaboró su estrategia ganadora en esos tres desempates es el modelo que emplea para todos ellos. Se trata de mantener el rumbo, jugar los puntos importantes en calma, intercambiar golpes de base y no apresurarse.

Los desempates se tratan de no fallar y hacer que el rival se sienta incómodo al tener que hacer siempre un tiro más. Ese es Djokovic y parece no haber cambiado.