Se dice que la segunda ola de la pandemia tendrá que ver con la salud mental, es decir, el estado emocional que todas y todos hemos estado experimentando estos meses (y lo que nos falta) tendrá grandes repercusiones en nuestra vida social durante los próximos años.

Tengo que confesar que yo más de dos veces he perdido la cordura, tanta incertidumbre en todos los sentidos: social, política y económica no es simple para nadie. Bien dicen: hace falta un mes para que falte otro mes.

Estas últimas semanas se ha hecho más evidente el reclamo hacia la oposición de no ser propositiva, de no encontrar esos liderazgos incluyentes, abiertos y éticos que logren unir el reclamo social en acciones concretas que cambien el rumbo sobre todo en el sentido económico.

Se habla de que ya se han perdido alrededor de un millón 200 mil empleos. Es complicado tener un número exacto porque gran parte del motor económico en México está en el mercado informal o trabajan por su cuenta, a través de esquemas de honorarios. Aunado a que la carga fiscal y contable que conlleva estar en el IMSS, vuelve insostenible para miles de empresas en el país esta situación.

En este orden de ideas, pareciera, que otra vez, seguimos buscando este Mesías, Rey o Súper Héroe, que venga y nos salve. Muchos historiadores, sociólogos y antropólogos hablan que es un problema histórico-cultural que tenemos en América Latina que tiene que ver simplemente con la forma en que fueron construidos nuestros sistemas sociales: la conquista, la colonia y la independencia. Lo que sí es cierto, es que creemos que el solo hecho de que llegue este Súper Héroe acabará con la pandemia, saldremos todos a la calle y por magia todo volverá a ser como antes.

Lamento informarles que eso no pasará. Depende de la actitud y la capacidad de adaptación de cada uno de nosotros.  Aquí algunos consejos rápidos de cómo podemos hacer eso en nuestro día a día:

1.- Cada vez que alguien quiera comenzar una conversación con una crítica a algo o alguien, invítalo a que lo haga en positivo. Seamos agentes de cambio, cambiemos el tono de nuestras conversaciones.

2.- Cuando sepas que alguien quiere hacer trampa, saltarse la fila, dar una mordida, no usar su tapabocas o gel anti-bacterial, intenta hacerlo consciente de que sus actos nos afectan a todas y todos, y terminará afectando a sus propios amigos y familia.  Aprendamos a seguir reglas.

3.- Antes de dormirte y al levantarte, lee o escucha algún pensamiento positivo, que te recuerde quién eres y todo lo que has logrado, pero sobre todo cómo le hiciste para ganar tus propias batallas. Querernos a nosotros mismos, es el primer paso para que todo empiece a cambiar.

4.- Conquista ese sueño que tienes y has estado postergando: ese negocio que querías abrir, ese libro que querías leer, ese idioma que querías aprender. Alimentemos nuestra capacidad de asombro y de creer que todo es posible.

5.- Aleja a esa persona tóxica. No importa si es tu amiga o amigo de toda la vida, alguien de tu familia o tu vecina o vecino que son los únicos que saludas ahora en cuarentena. Aprendamos a diferenciar a las personas que nos aportan algo a nuestra vida y las que no. La interacción social es una elección muy poderosa.

¿Tú estás lista o listo para cambiar la actitud de tu cuarentena? Inténtalo, aún nos queda un largo camino por recorrer frente al COVID-19 y después todos los problemas sociales y económicos que traerá esta “nueva normalidad”.

Depende de nosotros, ciudadanos de tiempo completo, hacer las cosas diferentes. Levántate México.

@garciacecy_

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