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López Obrador presidenciable de 2017 contra el López Obrador presidente de 2020
La vergonzosa aquiescencia del presidente Andrés Manuel López Obrador ante Donald Trump, que aparentemente culminará en una reprobable visita a la Casa Blanca dentro de unos días, me ha hecho recordar la entrevista que le hice hace tres años. Entonces, el candidato López Obrador parecía tener claro que el acoso sistemático de Trump contra México y los mexicanos era, antes que nada, inadmisible y, segundo, motivado enteramente por la necesidad política. El contraste entre aquella postura y la actual es, por decir lo menos, desconcertante.
Recojo algunos intercambios. El resto está en YouTube.
Le pregunté si Trump le había faltado al respeto a México: “Sí. Le ha faltado al respeto a la diplomacia. A lo que debe de ser una relación respetuosa, con pueblos, naciones y gobiernos en el mundo. Es cero diplomacia (…) Es la anti-diplomacia. El exabrupto. Es lo que nunca se había visto”.
¿Enrique Peña Nieto se había equivocado al negociar con Trump? “Sí. Se ha equivocado. Siento que no ha entendido cuál es la estrategia de Donald Trump. Muchos no han entendido que se trata de un asunto político, no necesariamente económico”.
Le sugerí que la intención del discurso nativista y anti-mexicano de Trump era, sobre todo, la de entusiasmar a su base. Es decir, usar a México y a su gobierno con fines meramente electorales. Contestó: “Sí. Creo que es un asunto de carácter electoral. Él gana con ese discurso. Quiere posicionarse con ese mismo discurso y reelegirse”… “Hay un sentimiento anti-mexicano en ciertos sectores de la sociedad estadounidense (…) Siempre hay sentimientos nacionalistas y son relativamente fáciles de explotar. Se dieron condiciones para que se tocara ese tema, ese resorte, que es lo que le ha dado raja política a Trump”…”Lo que le importa, con ese discurso y esa propaganda, es ganar terreno en lo político y en lo electoral”.
Sobre la urgencia de hacerle frente a la retórica y el prejuicio de Trump, subrayó: “Hay que enfrentar esa campaña. Es muy venenosa. De xenofobia. De desatar odios. Estamos los mexicanos como los perseguidos. Es toda una estrategia política”.
Sobre la invitación de Peña Nieto a Trump en plena campaña presidencial del 2016, recalcó su oposición tajante: “No se debió invitarlo. Fue un error. No debimos meternos en la campaña presidencial en Estados Unidos. No teníamos por qué hacerlo. Fue un error garrafal”.
¿Qué opinaba sobre una declaración de Trump, en la que calificaba a Peña Nieto como un “hombre bueno”, dispuesto a recibir ayuda de Estados Unidos? “Es parte de la misma propaganda de Trump y de sus asesores que no son tontos. Es seguirlo humillando. Nosotros somos un país independiente y no aceptamos tanto hostigamiento de un presidente de Estados Unidos. Es demasiado. Incluso esa referencia. Es como decir: ‘es un hombre bueno, pero incapaz’ y entonces yo con toda mi prepotencia le voy a dar la mano y voy a poner orden. No. No queremos eso”.
A Trump había que enfrentarlo de manera más firme porque ya era presidente: “Ahora que ya es el presidente de Estados Unidos hay una política de Estado que agrede y afecta a mexicanos. Entonces sí vamos a participar (en el debate)”.
¿Cómo se responde a un hombre como Trump, empecinado en esa agresión constante? Entonces, López Obrador tenía las cosas claras: “Con principios. Con firmeza. De manera respetuosa. Con aplomo. (…) Esto es un asunto político y así hay que enfrentarlo”.
¿Cómo explicar que un hombre que manifestaba una indignación tan contundente y justificada a la retórica nativista, que reprobaba la indignidad y “humillación” del gobierno peñanietista frente a Trump, que se decía listo para enfrentar “con firmeza” y contrarrestar esa propaganda de odio, esté ahora haciendo maletas para ir a Washington para regalarle a Trump una victoria política justo en tiempos electorales? No responderá, pero algo está claro: el AMLO del 2017 reprobaría lo que el AMLO de 2020 está a punto de hacer.