Temporada de elecciones: Hacia un duelo de gobiernos

Usted está aquí

Temporada de elecciones: Hacia un duelo de gobiernos

Observo el calendario electoral para los próximos años, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024. Si bien hemos avanzado mucho en la tarea de empatar elecciones, aún hay gobiernos estatales que se resisten. Empatar acarrea múltiples beneficios: primero que nada no se desgasta tanto al elector pidiéndole que acuda a las urnas año tras año. Se emplea una sola vez eligiendo, en batería, Ejecutivo y legisladores de los tres niveles de gobierno. Las de por sí onerosas campañas electorales se funden en una sola, hay ahorro, ya es ganancia.

Al unificar los procesos electorales, se brindan espacios para que los poderes electos puedan procesar acuerdos para avanzar como federación, como estado o como municipio. Por el contrario, pasar de una campaña a la siguiente, año con año, inhibe o pervierte los acuerdos. Quizá no todo vaya a ser miel sobre hojuelas, existirán algunos efectos negativos,  alcanzo a ver uno: los temas locales pueden desdibujarse frente a los estatales o nacionales, por la fuerza mediática del dinero que se les inyecta. No obstante, creo que las ventajas superan los posibles efectos negativos. 

Por tratarse de procesos electorales federales, 2021 y 2024 atrajeron como imán a un sin fin de procesos electorales locales. Ahora en 2021 se habrán de elegir quince gubernaturas, veintisiete congresos locales y veintiocho renovarán ayuntamientos, (entre ellos Coahuila), habrá también renovación completa en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. En 2024 será la misma historia, por la necesaria renovación del Legislativo federal cada tres años. Salvo los gobiernos estatales, que en este caso son nueve que van empatados con el sexenio, y la propia Presidencia de la República que llegará a su final. En 2022 se renovarán seis gobiernos estatales que todavía se resisten a acortar un año su periodo de gobierno para empatarse con el resto del grupo más cercano que competirá en 2021. 

Sólo dos estados se mantienen firmes en 2023 o justo el año previo a cada elección presidencial. Se trata de los enclaves priistas de Coahuila y el Estado de México. En estos casos, cabría un gobierno de un año, a fin de empatar con el periodo presidencial, cosa que difícilmente sucederá mientras otro partido distinto al PRI gobierne a nivel federal y el propio PRI conserve el poder en esas dos entidades.

Resulta que la pluralidad política a nivel federal desgasta al partido en el poder. En su quinto año, Presidente y partido enfrentan harta crítica, en tanto que las fallas locales pasan a segundo plano. El PRI se fortalece y conserva el poder. Sucedió en 2005 y en 2011, volverá a suceder en 2023. Sólo en 2017 falló el modelo, precisamente porque el PRI tenía el poder federal, por eso recurrieron a los métodos más probados por el PRI para retener el poder. 

Pero antes tenemos el 2020. Un PRI hegemónico y prácticamente invicto en Coahuila e Hidalgo renovarán los Congresos locales. El PRI apuesta a la altísima abstención que caracteriza esos comicios, apuesta al desinterés ciudadano por los cambios en un legislativo que casi nadie sabe qué hace ni para qué sirve. Tanto en México, como en el mundo, los ciudadanos votan muy poco cuando se trata de elecciones legislativas. En democracia maduras tratan de conjugar, mezclar lo más posible la renovación de ejecutivos y legislativo. Sólo así atraen el interés ciudadano.

En elecciones marcadas por la abstención, las maquinarias electorales de los partidos son las que ganan los comicios. En México la corrupción está permitida puesto que no se sanciona, las maquinarias salen a ganar elecciones despilfarrando recursos públicos. No existe partido que haya gobernado, que quede libre de culpa. En 2020 tendremos una colisión entre gobiernos: El PRI en Coahuila e Hidalgo, contra el “ex-PRI” en el Gobierno Federal, el escenario es de pronóstico reservado. Mientras tanto, la ciudadanía de vacaciones. Tendremos una operación política al más viejo estilo, seremos testigos de un triste espectáculo.

Ante esta realidad, en Coahuila, Jesús de León, dirigente del PAN pidió que las elecciones se pasen para 2021, por el coronavirus. Sabe que le espera un vapuleo histórico. El PAN está a punto de su aniquilación en el Estado, tras años de desmantelamiento. Lo que para mí fue el mejor partido de México, hoy queda corrompido, cooptado y arrodillado ante el poder, se encamina a recoger los frutos que sembró en su paso por el gobierno.

Durante una visita a Coahuila, Carlos Castillo Peraza, dirigente nacional del PAN de 1993 a 1996, señaló: “Cuando Gómez Morín fundó el PAN, dijo que no importaba tanto que hubiera diferencias entre las inteligencias, cuanto que hubiera unión entre los corazones
 Que en una palabra se dice concordia. Mientras el Partido guarde la concordia, podrá ser factor de cambio. En cuanto el Partido pierda la unidad en los corazones, no será más que basura en el anecdotario político nacional”. Así las cosas.

@chuyramirezr
Jesús Ramírez Rangel