Smart justice / Smart Judges / Smart Societies. La implementación de la IA en los servicios de justicia

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Smart justice / Smart Judges / Smart Societies. La implementación de la IA en los servicios de justicia

Hace tiempo tuve la oportunidad de conocer las principales instituciones en Viena, Austria, que han desarrollado los mejores modelos de smart government, smart cities, como la nueva gobernanza del futuro. Sin duda, el uso de las tecnologías facilita una mejor gestión pública.

La idea de construir ciudades con gobiernos inteligentes, sostenibles, abiertos y participativos que mejoren la calidad de vida mediante un mejor acceso a los servicios públicos, a través de las TICs, es una de las finalidades de una buena administración.

No es nuevo. En Coahuila muchos gobiernos estatales y municipales han ido construyendo la mejora administrativa. Hay buenas y malas experiencias. Hace más de 15 años recuerdo la moda de las normas ISO 9000. Como responsable del área legislativa, revisé los procesos de modernización de la Secretaría de Gobierno. Entre otros, el acta civil en cajeros que lideró la hoy magistrada Galván Tello fue una excelente práctica. Se burlaban de ella. De mí, como siempre: “ese abogado tiene ideas muy raras”, en el mejor de los casos. Al final, las personas dejaron de hacer cola. Hoy puedes sacar el acta en línea. Es normal. Los cajeros no dan dulces como decían los opositores. Ahorran tiempo a la ciudadanía que merece que la prueba de su nacimiento no le quite el tiempo.

El gobierno digital es cada vez más común. Hoy las personas pagamos impuestos en línea, hacemos nuestra declaración patrimonial por internet y gestionamos muchos servicios a distancia. ¿Pero la justicia? No. Hace más de 20 años dejé el Poder Judicial y hoy que regreso, desafortunadamente, es como si fuera ayer. La justicia no avanzó. Desde el 2013, la Constitución nos obliga a implementar la garantía del sistema de justicia digital, pero en gran medida ha sido una agenda pendiente que todavía no podemos cumplir.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU plantean, entre otros, la idea de construir sociedades pacíficas e inclusivas mediante el acceso a la justicia. Sin ella, no hay paz, libertad, igualdad y menos aún fraternidad. Desde que comenzó la crisis sanitaria he insistido en esta gran oportunidad que los jueces podemos aprovechar para tener tribunales en línea. Esa etapa es necesaria e inevitable.

Hoy, sin embargo, me voy a referir a un tema de mayor complejidad: la inteligencia artificial (IA) en los servicios de justicia. La experiencia de softwares para la justicia no es nueva.

En 2013, el caso Loomis planteó el debate COMPAS, que la justicia norteamericana utiliza para analizar, según los antecedentes penales, la propensión a delinquir para resolver beneficios. En Argentina, Prometea se usa para resolver casos menores como accidentes de tráfico o políticas sociales. El programa permite procesar en corto tiempo grandes volúmenes de información para obtener respuestas predecibles a casos simples. En 2019, Beijing abrió el centro de litigios en línea que implica una plataforma donde se cargan problemas, analiza temáticas, contrasta pruebas y dicta sentencia.

La llamada IA en la justicia tiene obviamente sus problemas. Desde cuestiones de ética, discriminación, infraestructura e implementación con sus debidos alcances y límites. No es la panacea. Pero si es una herramienta útil, no sólo para facilitar el trabajo judicial sino para que la ciudadanía tenga respuestas a sus problemas en menor tiempo.

El martes pasado propuse en sesión de Sala Penal la implementación del Tribunal de Apelación en línea. Mi idea desde hace más dos meses es hacerlo. Mi posición es pública. Creo que toda la actuación en segunda instancia se debe digitalizar para facilitar a las partes su comparecencia en línea. Ya lo discutiremos.

También propuse el uso de IA. En una primera etapa para que tengamos nuestra propia plataforma para actuar en tiempo real, con mayor accesibilidad a las partes y con la mayor predecibilidad. Hay cosas relativamente sencillas. Mi experiencia es que disminuimos costos y tiempos.

EL TRIBUNAL VIRTUAL

De la justicia digital podemos transitar a la virtual. Sería deseable que el Congreso local pudiera discutir una reforma de tal naturaleza, sin perjuicio de que los jueces comencemos a ejercer nuestra función como si estuviéramos en el siglo 21. No en la era medieval.

La justicia no debe quitar más que el tiempo necesario. Los jueces debemos utilizar nuestro tiempo para pensar bien la solución correcta. La justicia digital y virtual nos pueden ayudar. No es ninguna chorrada. Si lo implementamos como Sala Penal vamos a avanzar en una justicia inteligente