Durante aislamiento, madre de niña con autismo hace malabares para darle tranquilidad

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Durante aislamiento, madre de niña con autismo hace malabares para darle tranquilidad

Problema. Los cambios de rutina que provoca la contingencia, son más difíciles para niños con este trastorno. Archivo
Ahora Claudia debe redoblar esfuerzos para evitar el contagio, pues en caso de que ocurra el tratamiento sería muy complicado para Victoria y sus otro dos hijos de 6 y 8 años

Claudia García es madre de Ana Victoria, una niña de cuatro años con autismo grado dos; por lo que el lenguaje aún no se desarrolla.

A la menor la diagnosticaron hace un año. Desde aquellos días Victoria entró a clases especiales por la tardes para reforzar lo aprendido en el kínder, además de acudir a equinoterapia para controlar los ataques de ansiedad… pero con la pandemia todo cambió.

Ahora Claudia debe redoblar esfuerzos para evitar el contagio, pues en caso de que ocurra el tratamiento sería muy complicado para Victoria y sus otro dos hijos de 6 y 8 años.

“Yo tengo a mis hijos encerrados desde el 17 de marzo. Una por prevención y otra porque al tener a Ana Victoria no quisiéramos vernos en alguna situación de salud. Ella no permite que la toquen. No toma el medicamento. Hay muchas cosas que ella no tolera como por ejemplo que alguien se le acerque. Sería muy difícil una situación de contagio”, cuenta Claudia.

Por eso se debe promover el contacto social mediante video llamadas o juegos.Para Ana Victoria es muy difícil incorporarse a la rutina”.
Claudia García.

Una de las cuestiones más difíciles de superar para un niño con autismo, según los expertos, es el cambio repentino de rutina diaria, por lo que los primeros días de aislamiento fueron muy difíciles.

“Al principio se ponía a llorar. Podía estar mucho tiempo llorando porque quería salir. Tuvimos que empezar a trabajar actividades de recreación dentro de casa. A ella le gusta meterse mucho al agua, entonces le pusimos una alberquita para ella”, comenta Claudia

Una de las medidas tomadas por las autoridades y que ha causado más controversia durante la pandemia es la educación en casa y el exceso de tareas que en ocasiones encargan a los alumnos. Para un chico con autismo, es doblemente difícil cumplir con las obligaciones.

“Para Ana Victoria es muy difícil incorporarse a la rutina. Cumplir horarios. Es muy difícil para los tres. Las clases son muy intensas, porque aparte de hacer estas tareas hay que seguir con el “rush” de casa”, señala Claudia.

MADRES: PRINCIPALES RESPONSABLES

Aunque no sea el caso de Claudia, quien es apoyada por su esposo Ronaldo Camarillo en el cuidado de Ana Victoria y sus hijos, de acuerdo con la Asociación Familias Unidas por el Autismo de Saltillo, que preside Andrea Rueda, en muchas ocasiones son las madres quienes se dan a la tarea de cuidar a los pequeños con este tipo de trastorno.

“Así es, hay papás que se comprometen mucho con sus hijos, pero sí la responsabilidad recae más en la madre”, señala Andrea.

Esta Asociación cuenta con alrededor de 150 miembros, quienes son padres de familia de un chico con asperger o Autismo.

Andrea señala que estos 150 no son todos los casos de la ciudad y que hasta ahora no hay cifras oficiales de ninguna institución. Diariamente reciben de dos a tres llamadas pidiendo información sobre cómo diagnosticar el autismo a tiempo.

EXPERTA HABLA DE DÍAS COMPLICADOS

Ruby Ocampo, psicóloga maestra en terapia familiar especialista en Educación Especial, explica qué tan complicados son estos días para una personas con autismo o Asperger y también señala que en la mayoría de las ocasiones, es la madre de familia la primera alentadora de los hijos con asperger y autismo para que sean independientes.

“La mayoría de las veces la responsabilidad le toca a la madre. Es momento de que todos se involucren. Hacer equipo con los maestros para seguir creando más mecanismos de adaptación para que después de la contingencia no sea tan difícil”, señala.