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Crear en la contingencia
Porque además de afectar profundamente los procesos del sistema económico, la pandemia, encarnada en ese virus “que no está vivo y tampoco está muerto”, según el doctor Gatell, vino a impactar con consecuencias todavía no estimadas nuestro sistema de creación, circulación y consumo del arte y de la cultura: cerraron librerías, museos, galerías, cafés, espacios culturales, festivales, teatros y cines; decenas de creadores independientes vieron afectado gravemente su quehacer y su sostén económico; instituciones culturales y medios de comunicación se vieron obligados a postergaciones, reprogramación y recortes. Y otra gran pregunta, ante la irreversible recesión qué viene es ¿Cómo y con qué recursos volveremos? ¿Podrán reabrir y sostenerse, continuar con su labor todos los espacios privados e institucionales? ¿Cómo afectarán los evidentes recortes económicos en la gestión de las instituciones públicas? ¿Hasta dónde alcanzará para convocatorias, honorarios, festivales, publicaciones?
Nuevos ámbitos
Dentro de este caótico panorama ha habido visiones, apuestas e intentos, si no de igualar el alcance de las dinámicas ya conocidas, de paliar la escasez de ofertas culturales ligada al obligatorio encierro. Pero dentro de todas éstas destaca una por su concepción, múltiple impacto y lo más importante: porque traza desde hoy nuevos derroteros en lo que podría ser otra forma de ofertar exposiciones en el futuro, o ante escenarios como el que estamos viviendo.
Ya empezada la contingencia, la Escuela de Artes Plásticas “Profesor Rubén Herrera” convocó a su comunidad de alumnos y docentes a trabajar obra sobre diversos soportes en torno a la cuarentena: ilustración orgánica y digital, animación, fotografía, gráfica, obra plástica, dibujo, arte vectorial; la única orientación era un poco expresar los estados de ánimo, concepciones del mundo y momentos ligados a esta condición: aquí es donde hablo de su primer y quizá más importante impacto; la clara intención catártica del arte para una comunidad afectada de diversas formas por ella. Las obras hablan por sí solas y comprueban el carácter perceptual, el potencial expresivo que puede llegar a alcanzar el arte sea cual sea su plataforma.
Con una curaduría a cargo de los maestros Darío Aguillón y Roberto García, en una segunda instancia estos cientos de trabajos, provenientes principalmente de alumnos de las licenciaturas de Diseño y Artes plásticas fueron articuladas en torno a una galería virtual que en su dinámica configuración le dio otra dimensión a las piezas; una suerte de time line anímico en torno a la contingencia, abordado desde el arte.
Lanzada el pasado 15 de abril, fecha que conmemora el Día Internacional del Arte, “My hámster wheel is broken” es desde ya la primera exposición colectiva virtual en Coahuila en torno a un tema de mayor impacto como el que sobrellevamos en la actualidad.
Así, la pregunta final es la siguiente:
Ante la perspectiva de un confinamiento extendido o de la reincidencia de éste
¿Serían las exposiciones virtuales una alternativa emergente y válida para la circulación del arte en nuestra comunidad?
La exposición completa puede verse en Instagram en la cuenta @eap.mhwib y en el sitio web https://www.myhamsterwheelisbroken.com/
alejandroperezcervantes@hotmail.com
Twitter: @perezcervantes7