La sopa más ligera y caldosa para cuando ya no aguantas ni un bocado más

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La sopa más ligera y caldosa para cuando ya no aguantas ni un bocado más

Sopa de primavera con tofu en Nueva York, 26 de febrero de 2020. Estilista de utilería: Kalen Kaminski. (Michael Graydon & Nikole Herriott/The New York Times)

Por Alison Roman

Incluso una persona tan entusiasta por la comida casera como yo puede llegar a sentirse fatigada, y con seis (casi siete) semanas de esta cuarentena, lo estoy sintiendo. El problema no es tanto cocinar, sino comer, tal vez porque lo hago todo el día. 

Pruebo rebanadas delgadas de gouda, las sobras de anoche directamente del recipiente de plástico, un pepinillo del frasco, una galleta salada con mantequilla o matzá y unas cuantas anchoas; estos días estoy comiendo a cada rato. Con lo cual, valga decirlo, soy muy feliz. 

Cuando por fin son las 6:30 o 7 de la noche, definitivamente no estoy llena, pero sí estoy un poco harta de la idea de volver a comer. (Las tres comidas al día empiezan a sentirse como el horario de alimentación de los animales a los que pueden dar de comer los visitantes del zoológico y, sin el encanto de ir a un restaurante, también se siente un poco vacío). Con el riesgo de sonar como la persona más sosa que has conocido, lo único que parece emocionarme cuando entro en este purgatorio del apetito es una sopa. Pero no cualquier sopa, sino una sopa muy específica, una que sea ligera, caldosa, sin carne y sin fideos. ¿Ya te emocionaste también? 

Así que, sí, esta sopa tiene un caldo muy bebible que es lo suficientemente complejo para saciarte, pero lo suficientemente ligero para mantener tu entusiasmo de comer otra cosa hoy. Hay muchas variaciones de lo que esta sopa podría ser, pero esta es mi favorita: hervida a fuego lento con champiñones rebanados o troceados (usa cualquier tipo que encuentres), rematada con todas las verduras verdes que quepan (Dios santo, por favor, dame una verdura verde). El tiempo es un círculo plano, pero dejemos que esta sopa sirva como un recordatorio de que técnicamente estamos en primavera, así que aprovecha esos espárragos, las verduras tiernas de hojas verdes y otras delicias primaverales (O, ya sabes, usa una bolsa de chícharos congelados, de perdida). 

El no sé qué que qué sé yo de este platillo (es decir, no te puedes saltar esta parte) es una especie de yuzukosho casero, una salsa picante japonesa fermentada hecha con la corteza de los cítricos yuzu y chiles frescos. Aquí se hace con cáscara de limón finamente rallada, jalapeño finamente picado y ajo crudo rallado. Se añade sal a la mezcla y luego se usa para sazonar el caldo entero y cada tazón por separado para obtener diferentes grados de picante. Si puedes, te recomendaría hacer el doble de este condimento y encontrarle varios usos a medida que pasa la semana.

Al servir, me gusta poner en el tazón un gran trozo de tofu sedoso (algo que he estado cocinando más porque me obsesiona su textura de natilla) antes de servir la sopa caliente. Lo hago para obtener un buen contraste de temperatura y por razones estéticas (el tofu sedoso tiende a deshacerse en el caldo mientras este hierve a fuego lento y adquiere la apariencia de un huevo revuelto, que no es lo que busco), pero también para sentir un poco de nostalgia pura, pues esto me hace recordar cuando comía en mis restaurantes japoneses favoritos, que tanto echo de menos.

Verduras de primavera como los espárragos se cuecen durante unos minutos en un caldo para hacer una sopa de primavera con tofu en Nueva York, el 26 de febrero de 2020. Estilista de utilería: Kalen Kaminski. (Michael Graydon & Nikole Herriott/The New York

Receta: Sopa de primavera con tofu

Rinde para 4 porciones

Tiempo total de preparación: 20 minutos

3 dientes de ajo, finamente rallados o picados

1 jalapeño, finamente rallado o picado

2 limones

Sal kosher y pimienta negra recién molida

4 tazas de caldo de verduras o de pollo

1/4 de taza de salsa de soya

283 gramos de hongos, como enoki, de botón blanco, cremini u ostra

1 manojo de espárragos, con las puntas cortadas, en rodajas finas

1 1/2 tazas de chícharos (frescos o congelados)

1 paquete de tofu blando (de 340 a 400 gramos) escurrido, o usar tofu firme cortado en trozos del tamaño de un bocado

Aceite de oliva, para rociar

4 cebolletas, cortadas muy finas, para servir

1. Combina el ajo y el jalapeño en un tazón pequeño. Ralla finamente los limones y añade la ralladura al tazón con la mezcla de jalapeño (aparta los limones para exprimirlos). Sazona con mucha sal y pimienta. Deja a un lado. 

2. En una olla grande, pon a hervir a fuego lento el caldo y la salsa de soya, y sazona con sal y pimienta.

3. Añade los hongos y cuécelos a fuego lento hasta que estén tiernos, de 3 a 5 minutos. Incorpora los espárragos, los chícharos y la mitad de la mezcla de jalapeños y vuelve a sazonar el caldo con sal y pimienta. Cuece las verduras de 2 a 4 minutos hasta que adquieran un tono de verde muy vivo y empiecen a flotar.

4. Para servir, pon un gran trozo de tofu en cada tazón. (O bien, mete el tofu en la olla y rómpelo en trozos grandes). Agrega más de la mezcla de jalapeños y vierte el caldo y las verduras encima. 

5. Rocía con aceite de oliva y esparce las cebolletas antes de llevar a la mesa

c.2020 The New York Times Company