Día Internacional de la Danza, diferente

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Día Internacional de la Danza, diferente

Más que nunca necesitamos bailar con un propósito, para recordar al mundo que la humanidad todavía existe.

Estamos atravesando tragedias inimaginables en un tiempo que mejor podría describir como la era post humana.

Más que nunca necesitamos bailar con un propósito para recordar al mundo que la humanidad todavía existe.

El propósito y la empatía deben prevalecer a lo largo de años y años de innegable paisaje virtual, de disolución que ha dado lugar a una catarsis de dolor universal que invade la tristeza, la dura realidad que sigue impregnando a los vivos y a los que se enfrentan a la muerte, el rechazo y la pobreza.

Nuestra danza debe más que nunca dar una fuerte señal a los líderes mundiales, a aquellos a quienes se les confía salvaguardar y mejorar las condiciones humanas de que somos un ejército de pensadores furiosos y que nuestro propósito se esfuerza por cambiar el mundo paso a paso.

La danza es libertad y a través de ella debemos liberar a los demás de las trampas que enfrentan en diferentes rincones del mundo.

 La danza no es política, sino que se vuelve política porque lleva en su fibra una conexión humana y por lo tanto responde a las circunstancias en su intento de restaurar la dignidad humana.

A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredando juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando curación que es tan desesperadamente necesaria.

Y el propósito se convierte en una sola danza hidra, invencible e indivisible.

Todo lo que necesitamos ahora es bailar ¡Un poco más!

Gregory Vuyani

 

En el mensaje que Gregory Vuyani, bailarín, coreógrafo, docente y actor sudafricano, comparte al mundo en este importante día:  se lee, se siente y alcanza a penetrar en las fibras más profundas el grito de dolor de una humanidad azotada por el miedo, la pobreza, la muerte. Pero aún más alto grita la esperanza hecha movimiento, que libera, reconecta, restaura, dignifica, fortalece, toca, sana.

Excelente elección del Instituto Internacional de Teatro, UNESCO que cada año elige a una importante personalidad de la Danza a nivel mundial para compartir un mensaje por el Día Internacional de la Danza.

Y el de hoy refleja de manera perfecta lo que sucede en esta histórica celebración, diferente y única, retadora y bella.

Por la parte romántica, se asoma una sociedad orgullosa de seguir bailando, de compartir en redes imágenes y videos, testimonios de cómo la Danza trasciende el espacio y nos mantiene unidos, mientras que del otro lado del cristal, también se alcanzan a escuchar las voces preocupadas, de bailarines, maestros, coreógrafos, promotores e investigadores de la Danza, que enfrentan una crisis sobre una economía ya de por si endeble, sin empleo ni salario formal, servicio médico, de vivienda, pensión ni jubilación; celebramos la Danza dentro de casa, sonreímos y nos grabamos,  sabiendo que tras bambalinas, en los rincones cada vez menos ocultos, se alberga la incertidumbre y la vulnerabilidad.

Acostumbrados al movimiento, y a la colectividad, dispuestos a visualizar una posibilidad, nos unimos de manera organizada, como dice Vuyani, como “ejército de pensadores furiosos” para articular propuestas y presentarlas “a quienes se les confía salvaguardar y mejorar las condiciones humanas” con la esperanza de ser escuchados, atendidos y de recibir respuesta contundente. De esa respuesta hablaremos la siguiente entrega, por ahora, la función debe continuar. Todos nos unimos a este momento de reflexión, de danza y de entendimiento, Nuestros cuerpos bailan juntos, sin existir la distancia.

Feliz Día Internacional de la Danza, sigamos bailando la vida.