De acuerdo con el reporte periodístico que publicamos en esta edición, la Policía Municipal de Monclova habría arrestado ayer al menos a 20 personas señalándoles de haber cometido la “falta administrativa” de “no respetar la cuarentena” y, además, no portar cubrebocas mientras se desplazaban por la ciudad.

La administración municipal que encabeza Alfredo Paredes López emitió directrices para identificar media docena de “causas válidas” para salir a la calle lo cual, por exclusión, establece la prohibición de abandonar el confinamiento a quienes no se ubiquen en cualquiera de esas causales.

De acuerdo con un comunicado publicado en la página web del municipio, “la mayor parte de la ciudadanía aceptó con agrado la medida ‘Quédate en casa’ como obligatoria”, pero “todavía son muchos los que siguen sin hacer caso”, razón por la cual han sido arrestados.

“…al no justificar el motivo por el cual transitan en la vía pública, han sido detenidos y llevados a Seguridad Pública, donde permanecen por espacio de 3 a 4 horas, en una acción que es calificada como una llamada de atención”, señala el texto del Ayuntamiento.

Se entiende del texto que, aún cuando estas personas han sido privadas de su libertad temporalmente, no se les ha impuesto ninguna multa. Sin embargo, citando al director de Protección Civil, Agustín Ramos, el comunicad advierte que “a todos les fueron tomados sus datos, para identificarlos como reincidentes si vuelven a ser detenidos por la misma causa, en cuyo caso las sanciones serán más severas”.

El arresto de las personas, su retención en una celda -o en los separos- y la advertencia de que podrían ser objeto de “sanciones más severas” puede ser bien visto por muchas personas, a partir de considerar que, quienes salen de sus casas “indebidamente” en estos días “ponen en riesgo a los demás”.

Sin embargo, la medida carece no solamente de fundamento legal sino que viola derechos consagrados en nuestra Constitución, pues las autoridades municipales, además de no contar con facultades para limitar los derechos de los ciudadanos, están implementando medidas que constituyen, estas sí, actos completamente ilegales.

Habrá que insistir en el hecho de que las acciones de la administración municipal de Monclova pueden ser incluso aplaudidas por múltiples personas, pero eso no las vuelve legales, ni las convierte en actos justificados.

Pareciera que no solamente estamos llevando demasiado lejos la psicosis -entendible, sin duda- de la que todo mundo es presa debido al riesgo de contagio, sino que estamos normalizando incluso la falta de imaginación de las autoridades para implementar una medida sanitaria.

Arrestar a personas que probablemente se encuentran en la calle porque no tienen más remedio que hacerlo no es la única -y tampoco la mejor- forma de contribuir a disminuir la propagación del virus. Pero para pensar en alternativas es preciso tener, en primer lugar, una vocación de respeto a los derechos de los ciudadanos. En Monclova claramente eso no existe.