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Carta a mis hijas
Bien se dice que uno no escoge en que época nace ni en la familia que nace, pero las experiencias y las coyunturas que nos tocan vivir nos hacen formarnos como personas.
Llegaron al mundo en el siglo 21, la época de la información. Aprenderán a usar un celular y la computadora primero que cualquier otra cosa. Crecerán con la tecnología que cambia tan rápido como ustedes crezcan. Esa tecnología que está conectando a millones de personas a tal grado que nos desconecta de nuestros más cercanos.
Llegaron a México, un país profundamente desigual, menos el 1 por ciento de la población gana más de 38 mil pesos al mes, más de la mitad de los mexicanos vive en algún tipo de pobreza. Aprenderán a ser empáticas y actuar en consecuencia de esa desigualdad.
Llegaron a un país que tiene décadas inmerso en la violencia. En promedio mueren asesinadas 10 mujeres al día en México por actos que tienen que ver con su género. Aprenderán que no tienen que vivir así y a exigir sus derechos de frente a quien intente no hacerlos válidos.
Llegaron a un país donde las niñas y los niños no tienen garantizados sus derechos básicos y tampoco su seguridad; al día desaparecen cuatro y mueren 3.5 niñas y niños en algún lugar de México. Aprenderán que el valor a la vida es lo más importante que tenemos y nada ni nadie tiene el derecho a arrebatárselos a los más vulnerables, como lo son las niñas y los niños.
Llegaron a un país profundamente dividido políticamente, conocido como los chairos contra fifís. Aprenderán que las diferencias políticas e ideológicas jamás son más importantes si se trata de construir el bien común, y eso sólo se consigue trabajando en equipo.
Llegaron a una sociedad profundamente hermética y patriarcal. Si bien, muchas personas les dirán que son liberales y apoyan el crecimiento de las mujeres, descubrirán con el tiempo que no es así, aun cuando estas personas sean mujeres. Los obstáculos que enfrentamos como mujeres hoy en día van más allá de lo que dicen las leyes o los reglamentos, se podría decir que casi todos estamos de acuerdo en el deber ser y hablamos mucho de ello, pero muy pocos actúan en congruencia.
Este fin de semana, a tu año de edad, Catalina, y a días de que nazcas, Eugenia, ocurrirá algo sin precedentes en México. Miles de mujeres, adolescentes y niñas saldrán a las calles a reclamar justicia y respeto a sus derechos básicos. El #9M será un ejercicio histórico de sensibilización y empoderamiento para las mujeres, esperamos sea lo suficiente grande y revelador para que se traduzca en políticas públicas reales que solucionen de manera eficiente los problemas que hoy nos atañen.
El reto es mayúsculo. Tanto como mis amigas, colegas, compañeras de trabajo y de causas hemos hecho nuestro mayor esfuerzo para disminuir las brechas y abrir los espacios para que nuevas generaciones, como ustedes, puedan vivir plenamente y cumplir sus sueños. La verdad es que no estamos ni cerca de la meta, les tocará a ustedes continuar empujando.
Les escribo estas líneas como promesa que les daré todas las herramientas a mi alcance para que puedan hacer lo que quieran y se vuelvan las mejores haciéndolo. No será un camino sencillo, estará lleno de retos que nos permitirán tanto a ustedes como a mí crecer en todos los sentidos. De algo pueden estar seguras, nadie les puede decir que no pueden hacer algo o que no tienen la capacidad o la preparación para hacerlo por ser mujeres. El mundo es suyo, conquístenlo.