Monterrey, Nuevo León.- La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León buscará que Diego Santoy Riveroll “El Asesino de Cumbres” reciba de nueva cuenta la sentencia de 138 años que le fue otorgada originalmente por el doble crimen de los niños Peña-Coss.

Este lunes, el Vicefiscal, Luis Enrique Orozco habló del caso y detalló que un Tribunal Colegiado en Materia Penal concedió un amparo a Diego contra su última sentencia y también dejó sin efecto la declaración que rindió en su oportunidad ante el Ministerio Público así como ocho careos.

El asesinato de Erik Azur y María Fernanda Peña Coss se registró el 2 de marzo del 2006 en la residencia de la madre de los pequeños, Teresa Coss, localizada en la colonia Cumbres en Monterrey.

“La primera instancia fue resuelta en el 2010 y el juez en su oportunidad dictó una condena de 138 años de prisión. El imputado promovió el recurso de apelación correspondiente y en el 2012 la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia dictó una sentencia de 71 años y siete meses”, recordó.

La última sentencia fue combatida por la defensa de Diego a través de un juicio de amparo en el 2019.

“Un Tribunal Colegiado de este distrito con sede en Nuevo León ordenó dejar sin efecto, entre otros, la declaración que esta persona rindió ante el Ministerio Público por encontrase bajo arraigo en un criterio judicial que han optado tomar los tribunales federales”, detalló.

También quedaron sin efecto ocho careos los cuales se volverán a realizar este 28 de febrero.

Las personas citadas para los careos son Erika Peña Coss, quien era novia de Diego, la hermana de esta, Azura, la mamá de ambas, Teresa Coss y su secretaria Linda Marentes.

También deberán acudir la empleada doméstica, Catalina Bautista, dos uniformados que fueron los primeros en arribar a la escena del crimen y Humberto Leal, amigo de Diego.

Diego ingresó la madrugada del 2 de marzo de hace 14 años a la casa de la familia Peña Coss y mató a los menores, hermanos de su novia, luego agredió a esta y huyó de la casa a bordo de un vehículo de la familia.

Se llevó secuestrada a la empleada doméstica Catalina Bautista a la que más tarde liberó. Fue a la casa de su amigo Humberto, a quien le contó lo que hizo y éste le prestó ropa para que escapara.

Cuatro días después fue detenido en Salina Cruz, Oaxaca cuando en compañía de su hermano Mauricio intentaba llegar a Guatemala.