El nuevo poder judicial de Coahuila

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El nuevo poder judicial de Coahuila

Cuando se designó al Lic. Miguel Mery Ayup, a quien no conozco personalmente, como magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado con el objeto de que completara el periodo que le pertenecía a Miriam Cárdenas Cantú, lo visualizamos como un presidente de transición y como tal sólo sería el paso que separara dos periodos, sin embargo, en un cortísimo tiempo ha reflejado una labor cuyo sello propio le dado un plus a ese Poder que ya se ha notado en el diario laborar, y que encerrado en una caja de cristal se tiene la oportunidad de percibir el trabajo intramuros pues anteriormente –aunque se penetrara en sus instalaciones– estas apenas se veían, ya que se envolvían en medio de una nube que dificultaba admirarlas, pues el ambiente era borroso, frío y difícil comprender su lenguaje. 

Esa decisión acertada de presidir ese tribunal, obviando juicios, fue del gobernador, y cuyas respuestas derivadas de esa gestión que se ha dado en estos pocos días que tiene al frente, se han notado resultados tan benéficos que los ciudadanos estamos viendo más amigable esa labor de tener acceso a la justicia, y no la frialdad que nos abrazaba apenas dábamos un paso dentro del fastuoso edificio que temíamos manchar.

Hace relativamente pocos días se anunció que el presidente del máximo órgano de justicia del Estado había acordado facilitar el acceso a los medios de información a las salas donde se llevan los juicios orales, para que se obtuviera de manera directa y sólo por escrito los pormenores de lo que se dirime en su interior, de manera que llegara en forma fidedigna a los usuarios que esperan las noticias.

Ese periodo de transición está resultando, al menos hasta ahora, como un lapso que va dando frutos conforme avanza dentro de la tarea diaria, señal que los engranes están bien aceitados y que van encajando unos y otros, en un ritmo medido, perfectamente.

Dentro de los aciertos, las sesiones plenarias que podemos ver por internet demuestran la transparencia en que se llevan los asuntos judiciales que antes eran impenetrables. Ahora nos damos cuenta del criterio y la interpretación que aplican los magistrados en los casos que se ventilan y que dan la oportunidad de demostrar que se trabaja con estricta pulcritud y que los argumentos delineados están revestidos de justicia.

Con todas estas acciones se han ido desterrando los vientos huracanados que a veces prevalecían en años pretéritos, por sólo citar un ejemplo, ahí está el desvío tan atroz que se hizo de cantidades importantes de millones de pesos que dañaron las reservas y que fueron depositadas en Ficrea, esa entidad que desapareció, y que hasta la fecha falta por recuperar una cantidad significativa y cuyo autor de esa genial idea fue premiado otorgándole una notaría y una jubilación demasiado sustanciosa con todo y que salió de ese tribunal por demás manchado.

Ahí tiene un nicho de oportunidad el actual presidente del tribunal: dilucidar las responsabilidades y fincar los castigos que correspondan a los culpables, pues es inaceptable que el lugar donde debe prevalecer la justicia haya sido el sitio donde se cometió esa fechoría por tipos indecentes.

Congratulémonos de esa desinfección que se está llevando a cabo en ese ente, donde debe predominar la justicia que debe emanar de sapientes jurisconsultos, que no se manchan las manos en algo tan delicado como es el prodigar a cada quien lo que le corresponde, que se deje de lado las recomendaciones oficiales para favorecer o a veces desfavorecer, según la conveniencia.

Ojalá que el licenciado Mery Ayup siga con esa línea de ir purificando ese Poder de las manchas que le infirieron especímenes opacados, apocados y sucios, y restablezca la ventaja del orden jurídico que está obligado a sostener.

El camino torcido no debe tener retorno, está en sus manos reintegrarlo para que siga la vía recta y, si es así, lograr traspasar ese periodo de transición y cuya oxigenación le baste para continuar por ese sendero, proscribiendo las manzanas podridas, cuya contaminación puede hacer mucho daño.

Se lo digo EN SERIO.

EN SERIO
@aguirreperalesf 
franciscoaguirreperales@gmail.com