Curioso caso: agenda política sin debate

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Curioso caso: agenda política sin debate

En el último punto del Orden del Día de las sesiones, tanto del pleno del Congreso local como de la Diputación Permanente (el órgano que funciona durante los recesos legislativos), es donde se incluye la denominada Agenda Política. En caso de haberlos, ésta se integra por los “pronunciamientos” que deseen hacer los diputados, los grupos parlamentarios e incluso la Junta de Gobierno. Así lo dispone el artículo 39-VII de la Ley Orgánica del Congreso (LOC).

Los llamados “pronunciamientos” son intervenciones discursivas hechas desde la tribuna del Congreso. Tienen como propósito opinar en torno a algún asunto de interés público o bien fijar un posicionamiento político, que bien puede ser de crítica, de denuncia y aun de carácter elogioso hacia algún funcionario o gobernante, como es el caso de un diputado priista que ha adoptado la línea de la adulación como parte importante de su tarea legislativa. Aunque las efemérides se han vuelto un tema favorito para hacer “pronunciamientos”.

Ha de tenerse presente que esas piezas oratorias, pronunciadas siempre al final de las sesiones del Congreso, como ya se dijo, no son para proponer un punto de acuerdo ni a manera de exposición de motivos de una iniciativa de ley. No, sólo son “pronunciamientos”.

En los dos años que en diciembre pasado cumplió la actual LXI legislatura de Coahuila, ¿qué tan socorridos han sido los pronunciamientos? Hice al efecto un rápido recuento y éste arroja que del 1 de enero de 2018 al 31 de diciembre de 2019 han sido 188.

De ese total, 90 fueron presentados en 2018 y 98 en 2019. En el primero de los años mencionados, durante los periodos ordinarios sumaron 68 y en los recesos 22. Y durante 2019 fueron, respectivamente, 71 y 27.

Por partidos políticos, en los dos años los “pronunciamientos” presentados por Acción Nacional fueron 36, por el PRI 72, por el PRD 42, por la UDC 10, por Morena 24, dos por diputados independientes y otros dos a nombre de los 25 diputados que integran el Congreso. En total: 188.

En cuanto a temas, los pronunciamientos en torno a efemérides sumaron 67 (36 por ciento del total), sobre asuntos políticos locales 75 (40 por ciento), relativos a asuntos nacionales 31 e internacionales cuatro, y 11 acerca de asuntos varios.

Van algunos ejemplos típicos de pronunciamientos: “Con motivo del Día Internacional de las Montañas” (en cuanto a efemérides), “En relación con el ejercicio profesional médico”, “La importancia de adquirir conciencia acerca de la forma adecuada de procurar protección y trato digno a los animales” y “Sobre el incendio forestal en la Sierra de Zapalinamé”.

¿Es pertinente que este tipo de asuntos se aborden en la tribuna de un Congreso local, como el de Coahuila? Creo que sí. Lo que me parece inadmisible, impropio de un parlamento, es que, cuando proceda, no se permita el debate. Ha habido casos en los que el orador al exponer su “pronunciamiento” incurre en imprecisiones o de plano en falsedades o injuria a personas, incluso a algún diputado presente, y se impide a los agraviados el uso de la palabra para “rectificar hechos” o “responder a alusiones personales”.

La “rectificación de hechos” y la respuesta a “alusiones personales” son dos muy conocidas prácticas parlamentarias de uso generalizado, salvo en nuestro estado para vergüenza de Coahuila. En la sección de “pronunciamientos” de la Agenda Política no están permitidas, con el absurdo y ridículo argumento de que esas prácticas sólo están previstas (artículo 143 de la LOC) cuando se discuten dictámenes y no en el caso de pronunciamientos. ¡Increíble!, pero eso se alega. Presenté una iniciativa para terminar con esa abominable prohibición.

NOTA: La comparecencia del rector de la Universidad Autónoma de Coahuila ante la Comisión de Auditoría Gubernamental y Cuenta Pública, unida a la de Presupuesto, ambas del Congreso del Estado, a la que hice referencia en el artículo anterior, quedó programada para el próximo martes 21 de enero a las 5 de la tarde.

@jagarciavilla