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En Saltillo, ¿son accesibles los museos?
Las obras de Rafael Pintor crean paisajes y bellas escenas con un magistral uso del color y en la exposición que actualmente se exhibe en el Centro Cultural Teatro García Carrillo la mayor parte de los coahuilenses podrá disfrutar de su trabajo, porque hay una pequeña pero importante parte de la población que no tiene tan fácil el acceso a este lugar.
La galería del recinto se encuentra en la segunda planta y para subir a ella solo existe una empinada y estrecha escalera. Si una persona con alguna discapacidad motriz, o cuya edad le impide la movilidad óptima, quisiera verla se tendría que enfrentar ante un reto más al de su ya retadora cotidianidad.
Sin embargo, la visibilidad y los apoyos hacia este sector de la población están incrementando, así como los proyectos y requerimientos para hacer de los espacios culturales verdaderamente inclusivos.
En Coahuila, según datos del INEGI en 2015, de sus casi 3 millones de habitantes alrededor de 200 mil padecen algún tipo de limitación física o mental y muchos residen en Saltillo.
Ellos, tienen derecho a disfrutar de la cultura y las artes así como de expresar su propia cultura pero no todos los espacios, institucionales e independientes, que existen en la ciudad están acondicionados para permitir que las personas lleven a cabo estas actividades de manera íntegra.
En VANGUARDIA visitamos 5 de estos museos —el Centro Cultural Teatro García Carillo, el Recinto de Patrimonio Cultural Universitario “Banco Purcell”, el Centro Cultural Casa Purcell, el Museo de Artes Gráficas y el Museo de la Revolución— para registrar qué estrategias desarrollan en aras de la inclusión a todo tipo de públicos.
El obstáculo del centro histórico
La mayor parte de las dificultades a las que se enfrentan estos recintos es su ubicación, pues al estar instalados en lo que antaño fueron casas y residencias del México colonial el INAH y las autoridades que protegen el Centro Histórico de la ciudad permiten muy pocas modificaciones al inmueble que ocupan.
Esto impide que las antiguas casonas, llenas de escaleras, corredores angostos y demás espacios diseñados para la vivienda se adapten a las nuevas necesidades, más inclusivas y más abiertas.
Por fortuna gran parte de los museos del primer cuadro de la ciudad se encuentran en edificios de una sola planta y cuyo acceso principal está al nivel de la acera o solo un par de escalones por encima, acondicionados con una rampa.
Tal es el caso del Museo Rubén Herrera y el Museo de los Presidentes Coahuilenses, así como el Museo de Artes Gráficas, el Centro Cultural Vito Alessio Robles y los dos espacios dentro del Palacio de Gobierno; Salas Carranza y el Museo del Palacio
A favor de la movilidad
El ejemplo que más destaca en cuanto a la accesibilidad para personas con limitaciones físicas motrices es el Recinto del Patrimonio Cultural Universitario de la UAdeC, conocido como Banco Purcell, el cual exhibe parte de la colección de la Pinacoteca de Ateneo Fuente y cuenta con el único elevador en la ciudad para un museo, además de placas en braille .
En entrevista con este medio Alejandrina Cedillo, diseñadora y guía de lugar, expresó que el proyecto de remodelación comenzó en 2005 y desde entonces era parte del mismo la idea de hacer accesible el espacio, sin modificar la planta baja, más que en el refuerzo para la creación de la segunda planta.
“Actualmente la Pinacoteca no tiene acceso a personas con discapacidad y aquí, como es Centro Histórico, sí se ve más fácil el acceso a personas con discapacidad motriz en lo que es planta baja y el recinto instala un elevador para tener acceso a la planta alta e instala también unas placas en braille para personas con discapacidad visual”, comentó.
“Desde el momento en que se ingresa al museo las personas tienen libre acceso, los guardias e incluso los guías estamos encargados de abrirles las puertas para que no tengan ningún problema ni se pierdan en el recorrido”, agregó, “y a las personas con discapacidad visual también tenemos la facilidad de darles un recorrido guiado. Hay un recorrido específico para este tipo de personas y que sea mejor su experiencia”.
Señaló, sin dar números, que en su mayoría son personas con alguna dificultad motriz, principalmente de la tercera edad, en silla de ruedas, los que acuden al recinto, aunque han recibido a todo tipo de público.
De la misma manera el Museo de la Revolución, desde su creación en 2010 cuenta con una rampa electrónica, que salva la escalinata de la entrada para quien lo necesite y el Museo de Artes Gráficas fue concebido con la accesibilidad en la mente, pues no solo tiene la entrada al nivel de la banqueta sino que no tiene escalera alguna en su interior y para llegar a la galería de exposiciones temporales de su segundo piso hay una rampa antiderrapante.
En una situación similar se encuentra el Museo del Desierto, sin un solo escalón en todo el recorrido de sus cuatro pabellones, además de rampas anexas en las áreas exteriores.
Por el contrario Casa Purcell y el Teatro García Carrillo no son tan amables con este público. Aunque el primero posee una rampa de acceso por la entrada trasera esta solo permite el ingreso a la primera planta, la escalinata de madera para los pisos superiores tuvo que ser conservada como tal y por lo mismo dificulta el tránsito a estas áreas. El segundo, en cambio, no posee rampa o dispositivo alguno para entrar al edificio —un par de escalones sobre el nivel de calle— o a la galería de exposiciones temporales, como se mencionó al principio del texto.
Otro tipo de campañas:
Cedillo añadió que considera necesario, además de abogar por espacios más inclusivos, también por espacios más verdes y ecológicos y que al menos desde el Recinto del Patrimonio Cultural Universitario ya está implementando estrategias al respecto.
“Lo que me gustaría es que ahora todos los recintos empezáramos a incursionar con cuestión ecológica, cuestiones de economizar papel higiénico, energía, focos. Estamos trabajando con nuestra oficina, el personal, como oficina verde, pero sí sería muy padre que todos los museos empezáramos a incursionar en lo ecológico”, expresó.
¿Sabías que...?
En Coahuila, según datos del INEGI en 2015, de sus casi 3 millones de habitantes alrededor de 200 mil padecen algún tipo de limitación física o mental.