El PRI y sus candidatos al Congreso

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El PRI y sus candidatos al Congreso

Para las elecciones al Congreso local, ¿qué deben tomar en cuenta los electores que sirva de base para preferir a los ciudadanos que el PRI proponga como candidatos a las diputaciones que se dirimirán en junio de 2020?

Hay varios factores que hay que revisar y que se han perdido por parte de ese partido, pues ese instituto político se ha ido envolviendo nebulosamente y ha mostrado un desinterés por vigorizarlo, ya que la cúpula ha preferido, según se sabe, jugar de nueva cuenta con cartas quemadas que quieren revivir a pesar de haber sido derrotadas en otras jornadas electorales.

Hay otros factores importantes como la consolidación de una estructura de partido que proporciona fortaleza para las contiendas, como tomar en cuenta que la experiencia política se construye y se refuerza con ideologías bien cimentadas en la doctrina del partido al que se pertenezca, sin embargo, hoy en día actores políticos hacen a un lado el pensamiento de su partido y como saltimbanqui acceden a otro en donde les den la oportunidad de figurar y obtener ventajas, lo que quiere decir que la ideología de su organismo político sólo existe en el escrito donde está plasmada de manera que se pueda ignorar cuantas veces sea el interés de los infieles.

En los pasillos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por no decir de Palacio de Gobierno, ya se escuchan los nombres de los posibles candidatos a las diputaciones locales que jugarán en junio próximo, los que deberán ser escogidos con suma inteligencia empleando estrategias napoleónicas seguras que los lleven al triunfo, pues a ellos les tocará hacerle el cortejo al Ejecutivo al término de su sexenio, a fin de que lo concluya en forma expedita.

Déjese de lado a los antiguos perdedores, a las caras sólo conocidas por las jerarquías y no los votantes, y promuévase a la unidad partidista que ha estado olvidada, pues requiere de convicciones comunes que los dirigentes no se han preocupado por inducirlas y sólo han quedado en teoría pura, dando la impresión de una ausencia de democracia interna. Lo que se requiere es que en el partido debe prevalecer un ambiente exento de demagogia.

El partido debe fomentar una real democracia de la que tanto ha presumido, pues un partido es precisamente una parte del pueblo y si su ideología y su acción se apartan del pueblo este le volverá la espalda. Si el pueblo necesita y quiere democracia, el partido debe dar ejemplo claro de democracia.

El PRI debe apartarse de la parsimonia con la que camina, desterrar su imagen espectral y procurar vivificarla nutriéndose de los auténticos anhelos del pueblo que quiere democracia, pues ya ha dado muestra de no aceptar las imposiciones, tan es así que algunos de sus candidatos han sido despreciados, pero con todo y eso insiste tercamente de nuevo en enviarlos al frente de batalla en la línea de fuego, con la posibilidad de que los vuelvan a derrotar.

Propongan a personas que conozcan el lenguaje legislativo, que realmente sean independientes con criterio autónomo a fin de que actúen de igual forma, que no se dejen llevar por los colores representativos de partidos, y que una vez sentados en sus curules legislen leyes que sean justas para que beneficien a la ciudadanía que fue la que les encomendó esa labor.

Que el Congreso sea realmente un contrapeso de los otros poderes para que se eviten excesos, el pueblo quiere confiar en un cuerpo de legisladores con características de honorabilidad, es decir, que objetivamente hagan honor del papel que representarán, requiere parlamentarios probos que actúen con decoro, que no se dejen comprar por otras corrientes políticas con el objeto de hacer mayoría a cambio de obtener prebendas.

Desgraciadamente las prácticas antidemocráticas han llevado al partido durante décadas al estatus en que se encuentra hoy en día, pero si se quiere retomar nuevamente la hegemonía de la que gozó, es tiempo de que realmente se trabaje con coraje limpiamente y que los egresados de ese partido que luego accedan al servicio público laboren con honestidad y en favor de la ciudadanía.

Parece una utopía, pero también se puede ganar limpiamente, sólo que para eso es necesario que practiquen la cultura de la democracia, de la honestidad y de tener la voluntad de servir.

Se los digo EN SERIO.

@aguirreperalesf

franciscoaguirreperales@gmail.com