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‘Tengo la confianza de que va a poder caminar’
Hace siete años Eliza nació diagnosticada con parálisis cerebral e hidrocefalia. No tenía fuerza para sostener su cabeza, su cuerpo estaba completamente suelto y sus familiares le apoyaban en todo momento para que no sufriera una caída, a la fecha es cuestión de meses para que con terapias pueda sostenerse de pie y caminar sin ayuda de ningún aparato ortopédico.
Fue una pequeña prematura, esto le ocasionó que dos paros cardiacos le dañaran su salud fuertemente, creándole la discapacidad que hasta hoy enfrenta.
Al ser dada de alta del hospital donde nació, el médico advirtió a la familia sobre su padecimiento y ahí comenzó la lucha para superarlo.
Su madre le abandono cuando tenía un año y seis meses, sin ningún motivo la dejó junto a su padre.
Desde entonces su abuela Emma Ortiz Salas, se ha encargado de llevarla a sus terapias de rehabilitación que sin duda van dejando una mejora considerable en su condición.
“A Eliza le pegaron varios paros cardiacos que fue lo que le afectó. Ahí andamos echándole ganas, sacándola adelante”, dice Emma Ortiz.
Poco a poco, con la ayuda de los terapeutas, ha podido ir movilizando su cuerpo, primero sostuvo su cabeza, sus brazos, inició a arrastrarse, luego a sentarse.
Hoy puede ponerse de pie, aunque por poco tiempo, pero el diagnóstico es de que podrá caminar a corto plazo.
“Desde que sale del hospital el doctor les dice que requiere terapias, estaba con su cuerpo suelto, se le ladeaba su cabecita, no movía sus manos ni pies, pero con el paso del tiempo ha ido evolucionando, se levanta y sola se sienta, comienza a dar pasitos y ya habla”, agrega su abuela.
En el CRIT Coahuila trabajan en la rehabilitación con refuerzo de codos y rodillas, para que entre a la marcha. También estudia en el Centro de Atención Múltiple Número 4, donde registra buen desenvolvimiento.
“Tengo la confianza de que va llegar a caminar, ha sido difícil porque al menos yo ya estoy grande y todo, pero Dios nos ha dado fuerzas y hemos echado muchas ganas, ella también”, agrega orgullosa doña Emma.
“Mi hijo trabaja, pero me ayuda a las terapias cuando tiene oportunidad, en la casa también, ella tiene cuatro hermanitos más, pero ellos se fueron con su mamá”, cuenta la mujer con cierta tristeza.
“La familia se encuentra agradecida con los terapeutas por la gran aportación que han hecho en Eliza a través de sus terapias, aseguran que sin el recurso humano que existe en el instituto la pequeña no estaría ni siquiera cerca de poder tener fuerza en su cuerpo.