Saltillo y los días de plomo
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Saltillo y los días de plomo
México cuenta con cinco de las ciudades más peligrosas del mundo y, afortunadamente, Saltillo no está en esa lista. Al contrario, nuestra capital hoy está catalogada entre las cinco ciudades más seguras de este País, condición que debemos valorar en gran manera después del terror vivido en Culiacán, gobernada por Morena, al igual que las más peligrosas de México: Coatzacoalcos, Ecatepec, Naucalpan, Acapulco y Villahermosa, a las que hay que agregar a Uruapan, gobernada por el PRD.
Ante ese desastre en la seguridad ciudadana que implica esa terrible sensación de riesgo de la vida, el patrimonio, los derechos y hasta la misma libertad, hay que resaltar que hoy Saltillo se encuentra en el cuarto sitio de las ciudades más seguras de México, después de San Pedro Garza García, Mérida y San Nicolás de los Garza, un logro de gobierno que nos da la sensación de bienestar y tranquilidad, esa invaluable situación de paz que habíamos perdido en aquellos días de plomo terribles, como los que ahora padecen en Sinaloa.
Y es que lo de Culiacán ya lo vivimos los saltillenses en aquellos días violentos del año 2011, cuando gobernaba el estado Jorge Torres López y Jericó Abramo Masso era el alcalde de nuestra ciudad.
Tableteo de ametralladoras, persecuciones, secuestros y ejecuciones, delincuentes armados a plena luz del día, “halcones” en las gasolineras, cadáveres colgando de puentes y reos libres en las calles de Saltillo. Lo peor de todo: el vocero de Jericó, Héctor Reyes, con su soberbia inherente, tratando de minimizar la catástrofe que estábamos viviendo.
¿Quiere usted volver a esos terribles días de plomo del año 2011? Claro que nadie desea regresar a esa época de inseguridad y terror, por eso es que nos anima y conforta el hecho de que Saltillo y nuestro estado hayan sido blindados ante los sucesos del jueves pasado en Sinaloa.
Contrario a esa sensación de debilidad y temor a la guerra del Gobierno Federal, aquí el gobernador Miguel Riquelme en coordinación con el alcalde Manolo Jiménez se han anticipado de manera preventiva para repeler a los delincuentes, vigilando carreteras, brechas y accesos de nuestra ciudad para evitar efectos “cucaracha”.
Porque esa es, y debe ser, la interpretación más enfática y viva de aquella poderosa y sabia frase latina “Si vis pacem, para bellum”, que algunos atribuyen al gran Julio César y que políticamente es impecable: “Si quieres paz, prepárate para la guerra”. No hay más. Todos sabemos que la guerra es realmente la política llevada a un extremo radical. Algo inaceptable para el presidente López Obrador y que, por desgracia, tampoco aceptó en su momento don Francisco I. Madero, causando con ello más derramamiento de sangre, muerte y destrucción.
Y es que Madero fue un soñador. Todos lo sabemos. Y así le fue. El caos en este País requiere contundencia y efectividad. Como las acciones concretas de Miguel Riquelme y Manolo Jiménez. Ambos, esencia misma de la realpolitik. Pragmatismo sin vacilación. Actuación sin ilusión. Nada que ver con que sean buenos o malos. Gobiernan y protegen, eso es lo importante. Y sobre todo, son buenos políticos, no políticos buenos como Madero o AMLO. “Si Vis Pacem, Para Bellum”. Eso es todo.