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Sector privado busca evitar nuevo etiquetado de comida y bebidas chatarra
El sector empresarial dedicado a producir alimentos procesados con alto contenido de grasas poliinsaturadas y azúcares pretende echar abajo el dictamen aprobado por la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, por el cual se etiquetarían la comida chatarra y las bebidas elaboradas con edulcorantes.
La propuesta de reforma a la Ley General de Salud, considera advertir a los consumidores de los riesgos inminentes a la salud por la ingesta de esos productos, postulado que contraviene el creciente cabildeo de Consejo Mexicano de la industria de Productos de Consumo (ConMéxico), del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y empresas tan poderosas como Femsa.
Diputados de Morena, PRI y PAN, de la Comisión de Salud, revelaron el cabildeo de despachos dedicados a convencer de las bondades de los intereses contratados pare el efecto, han tendido una red de contactos con ellos para evitar el respaldo a la iniciativa, que pretende reducir el consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, cuyas consecuencias para la salud pública comienzan a ser catastróficas.
El cabildeo de los empresarios, lo encabeza el dirigente de ConMéxico, Jaime Zabludovsky quien consiguió que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, citará a una reunión urgente –ésta tarde, a las 17:00- a diputados de la comisión legislativa y los empresarios que se niegan a que sus productos sean etiquetados con las amenazas a la salud, que implica, la ingesta de ellos.
Y es que permitir -desde la óptica de los empresarios que producen alimento chatarra- la etiquetación preventiva, el siguiente paso es que la Comisión de Hacienda aplique en la Ley de Ingresos 2020, un incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a pan procesado, papas fritas, pastelillos, agua azucarada, jugos concentrados, yogurts, refrescos de cola y de sabores diversos, entre otros.
La propuesta gubernamental inscrita en el Paquete Económico, considera que los recursos obtenidos por la elevación de esas tasas se destinarán a paliar los efectos perniciosos a la salud de los niños y niñas mexicanos, sobre todo, que se han constituido en el sector social más vulnerable de la población, por la emergencia nacional de obesidad y todos los daños que la acompañan.
Así, una vez que se propuso resolver un problema tan complejo, con una reglamentación que no existía, y ahora sujetaría a las empresas a un régimen de cumplimiento con las políticas de salud pública del gobierno, el imponente sector que aglutina ConMéxico, donde convergen empresas trasnacionales y locales, mantiene un elevado nivel de presión para echar abajo esas medidas.
Hoy en la tarde, en Bucareli se definirá sí el cabildeo de esas empresas, que aspiran a que todo siga igual, fructifique, o se dé un paso adelante y en serio en el combate al consumo de esos productos chatarra y bebidas con alto contenido calórico, que ha colocado a México, entre otras circunstancias, en el segundo lugar mundial, con altos niveles de obesidad.