El día después del Informe

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El día después del Informe

Desde la misma tarde del día del Primer Informe de Gobierno, los mercados internacionales incorporaron inmediatamente en sus escenarios el contenido del mensaje presidencial. El tono prudente, conciliador y de acercamiento con la inversión privada detonó que en los mercados donde hubo operaciones en pesos se empezara a visualizar una apreciación significativa de la moneda mexicana.

La decisión del Presidente, en torno a dar marcha atrás la decisión del Aeropuerto de Santa Lucía y reanudar las obras del Aeropuerto de Texcoco, asegurando una participación transparente y totalmente abierta del sector privado en este megaproyecto sorprendió a muchos y dejo incrédulos a otros. No obstante disparó la confianza del sector privado.

Ayer mismo, un par de horas después del informe presidencial, la cúpula empresarial, mediante un desplegado en redes sociales, anunció la reanudación de proyectos de inversión que se encontraban detenidos por varios miles de millones de dólares. Más allá del anuncio con bombo y platillo de la mencionada cifra, destaca el mensaje de fondo por parte del sector privado en el sentido de brindar un apoyo incondicional a la actual Administración.

No era para menos este ambiente de confianza desbordada por parte de los dueños del capital. A ellos se le sumaron las agencias calificadoras, las cuales aún y cuando todavía no acababa el mismísimo mensaje presidencial, ya se habían manifestado en que este cambio de señales en el rumbo de la política económica derivaría en un mediano plazo en un aumento en la calificación crediticia soberana y del mismo Pemex.

¿Qué otros elementos de los contenidos en el Primer Informe de Gobierno fueron determinantes para que las calificadoras y los mismos mercados cayeran rendidos al fuerte atractivo que renacerá para México como imán de inversiones?

Sumado a lo ya mencionado, la intención manifiesta de continuar la implementación de las reformas energéticas y educativa conservando el espíritu que motivó su aprobación en el sexenio anterior emitió una clara señal acerca de que el actual Gobierno basará sus decisiones más en los hechos y en un diagnostico objetivo y preciso del entorno. Más pragmatismo y menos ideologías.

En materia económica, los mensajes positivos no pararon ahí. La declaración del primer mandatario de realizar una apertura total - aunque gradual - del sector energético a la inversión extranjera, aunado al anuncio de que para el siguiente año vendría una reforma fiscal, que le permita al Estado incrementar la recaudación de impuestos provocaron que mercados, analistas y calificadoras cayeran rendidos ante el atractivo de los activos mexicanos.

Todo lo anterior vendría a ser una especia de crónica, de una bitácora puntual a la luz de un día posterior al del Informe de Gobierno. La mala noticia, es que todo esto solamente sucede en la imaginación de quien esto escribe.

Economista y Catedrático de la Facultad de Economía de la UAdeC