Mammones de alta pensión
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Mammones de alta pensión
Mammón es el demonio de la codicia, es el espíritu maligno que asciende desde el averno para inflamar el corazón humano de avaricia, el que John Milton describe en su “Paraíso Perdido” como el codicioso que exprime las riquezas de la tierra y, para el contexto de esta columna, hay que señalar que también es un Mammón todo aquel que cobra una pensión abusiva sin haber aportado de manera sostenida los montos necesarios para su financiamiento y que está sangrando, de manera felona y artera, más dinero del que cotizó.
Es el caso del Banco de México y demás banca de desarrollo gubernamental donde existen fideicomisos que sustentan un sistema paralelo de seguridad social para burócratas privilegiados, algunos de ellos muy corruptos que ahora son dueños de bancos, de ferrocarriles y de grandes capitales, como Ernesto Zedillo, José Ángel Gurría, Guillermo Ortiz, Francisco Gil, Agustín Carstens y otros de la misma calaña.
Pero en este País de grandes desigualdades, las injusticias más notables en el rubro de pensiones no se dan en los bancos oficiales donde existe el dinero, sino precisamente en los ámbitos de impartición de justicia donde ministros y magistrados se han asignado pensiones felonas, abusivas, dignas del más codicioso mammón.
Bien dicen que el Poder Judicial es el más corrupto de México y tenemos de ejemplo los sueldos y haberes que se han asignado los de la mafia de la toga. Por eso mismo en la suprema corte han fallado a favor de que no se reduzcan las pensiones excesivas en los ámbitos judiciales de algunos estados donde el poder legislativo ha tratado de moderar a los magistrados voraces. Saben bien los ministros que al ceder en los estados muy pronto la garlopa reductora se volverá contra ellos.
Y Coahuila no es la excepción con un Poder Judicial que prácticamente nunca ha sido independiente ni autónomo, sino un poder corrupto y dado a la prevaricación, motor de impunidad y que, para colmo, se ha convertido en la puerta dorada para acceder a las pensiones felonas, a las jubilaciones buitre de los incondicionales del factótum de poder, de los obedientes al sistema, de los cómplices y legitimadores de la injusticia y la corrupción.
Porque la evidencia está ahí para mirarla: pensiones millonarias a delincuentes que han saqueado millones, cómplices del caso Infonavit, otros sin carrera judicial, sin méritos en las ciencias jurídicas, sin haber cotizado lo suficiente en abono a la sustentabilidad y a leguleyos chicaneros que han litigado con bufetes paralelos los asuntos de su competencia jurisdiccional.
Hay quien tiene la llave de esa puerta de oro de las pensiones buitre de nuestro Poder Judicial. Ya hacen fila algunos magistrados para acceder a la dorada pensión, compañeras de facultad, particulares balines, exfiscales de vil complicidad, mapaches electorales que ahora presumen toga de diseño Armani aunque no sepan ni papa de derecho, todos ellos rebasando a jueces y secretarios con auténtica carrera judicial que no se pueden jubilar por la sangría que ejercen los mammones codiciosos del Poder Judicial de Coahuila. Aunque existan honrosas excepciones.