Rosario y los Monólogos de la Vagina

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Rosario y los Monólogos de la Vagina

En esta columna se ha tratado con equidad a Rosario Robles Berlanga. Se le reconoció el haber sido la primera Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, su distinción en París como una de las mejores alcaldesas del mundo y, lo que más la distingue, la “Ley Robles” que despenalizó el aborto en la capital, iniciativa de una mujer con las “faldas bien puestas”, enfrentando al clero, al yunque y a Provida, que no son cosa menor. Después, ya como una mujer enamorada de Carlos Ahumada, aquí se le criticó haberse precipitado cuesta abajo en su rodada, manipulada por un infame que hizo públicas sus cartas de amor; el padrote que se burló del valor que representa el coraje de querer. Todo un tango.

Y vaya que aquí seguimos con la terca costumbre de lanzar siempre la primera piedra. Porque ahora vamos a citar las paradojas de una Rosario Robles en conflicto, una mujer de profundas intuiciones, pero también de patéticos resbalones. Eso que ni qué.

¿Qué pecado ha cometido esta mujer a la que hoy los escribas y fariseos queremos lapidar? ¿Robar? Imposible, esta mujer que viene de la UNAM y de la izquierda, no es una ladrona. Su pecado es ese, el de la adúltera, haber sido infiel a una causa, ser quintacolumnista de la izquierda y dinamitar al PRD cuando era su dirigente nacional.

Hay que decir que este escriba coincidió con Rosario Robles en el Gobierno de la CDMX. Ella como poderosa secretaria de Gobierno. El suscrito, adscrito a la dirección de René Bejarano. Y desde entonces el choque frontal entre estos liderazgos, el sectarismo aniquilante de la izquierda, la traición de Rosario contra Bejarano y Carlos Imaz, el estigma de los “videoescándalos” que aún repercute en la conciencia de este País.

Paradojas repelentes las de nuestra paisana Rosario. Y mire usted que el pecado cainita es común dentro de la izquierda. Cosa por demás repugnante es la vil traición. Rosario tuvo sus inicios políticos en el maoísmo y el sindicato de la UNAM de donde, mediante desplegados, quiso defenestrar a otro paisano y comunista famoso; Evaristo Pérez Arreola.

“Me atacan por ser mujer”, es una de sus muletas favoritas. Pero Rosario Robles nunca se tentó la vagina para madrear a Dolores Padierna, Claudia Sheinbaum, Rosario Ibarra y a muchas de las legisladoras que hoy la califican de corrupta, maestra de la estafa y cínica. Excelente material para una nueva versión de “Los Monólogos de la Vagina”, la obra de teatro de Eve Ensler, donde Rosario Robles fue la primera política mexicana en protagonizar.

¿Qué otras paradojas hay que citar de esta ave de las tempestades? Que siendo maoísta ahora calce zapatillas de mil dólares Tribute y use accesorios Hermes. Saquear a la Cruzada Nacional contra el Hambre para prostituir a las universidades públicas. Ser la primera en todo y ahora ser la primera mujer exsecretaria de Estado en la cárcel.

Rosario Robles es la Carlota Corday que clavó el filoso puñal en la inerme humanidad de nuestro jefe René Bejarano, Marat, por eso y más este escriba lanza hoy la primera piedra sobre la pareja de Carlos Ahumada, que ya viene esposado desde la Argentina cantando el tango Cambalache; “Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé…”.