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Advierte IHS Markit que consumidor pagará por retrasos de gasoducto
El costo del conflicto por los ductos de gas natural detenidos por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) lo pagarán desde las empresas afectadas, los gobiernos de México y Estados Unidos, hasta el consumidor, advirtió Carlos Pascual, vicepresidente senior de la consultoría IHS Markit.
El exembajador de Estados Unidos en México confía en que se resuelva el conflicto entre el gobierno mexicano y las empresas constructoras del ducto de Texas a Tuxpan a la brevedad y se continúe conforme lo pactado, para poner en marcha el proyecto que tendrá efectos positivos.
En el marco del México Outlook Seminar 2019 realizado por IHS Markit y la Universidad Anáhuac, el exdiplomático advirtió que el principal efecto de no lograr acuerdos es que los costos del energético se dispararán para todas las partes y el gran afectado será el consumidor final.
“Por una parte, que en el consumo, en lugar de pagar 3 dólares por millón de BTU, estén pagando los consumidores 10 dólares. Esa realidad indica que tiene que resolverse porque hay un costo para el gobierno, para la CFE y la industria y el consumidor. Espero que se resuelva”, expresó.
Pascual destacó que México es el principal destino para la exportación de gas natural de Estados Unidos, y si se quita esa exportación, el balance de gas empujará el precio que va a afectar la inversión en EU y la inversión a futuro.
Advirtió que si EU no puede exportar el energético a México, en cinco años podría enfrentar una crisis de sobreproducción.
Lo que se tiene que entender es que la relación energética entre ambas naciones es de interdependencia porque para México, el gas de Texas es el más barato.
El vicepresidente senior de IHS-Markit calificó a la interdependencia como positiva para ambas naciones, ya que existen beneficios profundos para México de abrir los ductos, el cual reduciría el costo y se puede traer gas al centro del territorio nacional o redirigirlo al sureste, por lo que es crítico tener una negociación seria.
El conflicto por estos gasoductos, además, abona a enrarecer el clima de negocios en el país, que enfrenta la incertidumbre por saber cómo terminarán las negociaciones por el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), o la amenaza de aumentar las tarifas de importación por el tema migratorio.
También está en juego el futuro del abastecimiento de electricidad en el sureste mexicano, por la falta del ducto desde Estados Unidos.