Juventud, la lucha consciente

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Juventud, la lucha consciente

Tiene un nombre extraño para nosotros, Greta Eleonora Ernman Thunberg. Ella nació en 2003 en Suecia y ahora es una estudiante adolescente; el año pasado se convirtió en una activista y destacada figura dentro de las huelgas estudiantiles realizadas en las afueras de Riksdag, el Parlamento sueco, su propósito es generar conciencia sobre la urgencia de combatir el calentamiento global.

Greta es hija de artistas y científicos, pero padece autismo; tras la ola de calor y los incendios forestales en su país, antes de las elecciones que se realizarían en septiembre de 2018 en Suecia, decidió no asistir a la escuela hasta que el gobierno sueco redujera las emisiones de carbono con base a lo establecido en el Acuerdo de París, y protestó sentándose en las afueras del Riksdag todos los días durante la jornada escolar portando un cartel que decía Skolstrejk för klimatet (huelga escolar por el clima).

La protesta de Greta continuó y llamó la atención de la prensa internacional e indujo a un gran número de jóvenes estudiantes a acompañarla en las huelgas estudiantiles, llegaron a 20 mil estudiantes en más de 270 ciudades del mundo. En Australia, miles de estudiantes inspirados por Thunberg decidieron protestar los viernes, ignorando los llamados del Primer ministro Scott Morrison que los apremiaba: “más aprendizaje en las escuelas y menos activismo”.

El 15 de marzo de este año tuvo lugar una nueva oleada de huelgas y manifestaciones estudiantiles en todo el mundo para pedir medidas efectivas que detengan el cambio climático, siguiendo la convocatoria mundial del Fridays For Future promovido por Greta.

Thunberg se dirigió a los asistentes de la cumbre de Naciones Unidas en Katowice, Polonia, argumentando sobre el cambio del clima en un discurso breve, pero muy duro, sobre las consecuencias de la inacción política respecto del cambio climático: “Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo y, sin embargo, les están robando su futuro delante de sus propios ojos, el cambio llegará, lo quieran ustedes o no”, les reclamó.

Greta está recorriendo Europa, estuvo en Berlín (Alemania) y en Normandía (Francia) para recibir el Premio “Libertad”, inspirado en el combate a favor de la libertad; el galardón se otorga en representación de los soldados aliados que el 6 de junio de 1944 desembarcaron en Normandía, Francia, en la Segunda Guerra Mundial. La joven de 16 años al recibirlo dijo: “Estoy muy agradecida”, y anunció que entregará los 25 mil euros de premio a cuatro organizaciones que trabajan “por la justicia climática y para ayudar a las personas del sur del planeta afectadas por la emergencia climática y el medio ambiente”.

Thunberg se muestra alarmada por la falta de conciencia colectiva sobre la causa por su lucha, y tiene mucha razón, es un tema que el común de la gente no entiende, lo considera exótico, ajeno a la vida común, por ello insiste en que hace falta un “cambio de sistema” porque el actual no es apto por naturaleza para lidiar contra el calentamiento global.

Es conmovedor ver a los niños y adolescentes escuchando a Greta explicar un tema tan complejo como el cambio climático y sus efectos sobre el planeta, ella es sencilla en sus explicaciones. Algo peculiar es que habitualmente no concede entrevistas, si lo hace son bajo estrictas medidas de seguridad a causa de su enfermedad.

Greta y los jóvenes que la siguen están convocando a toda la población a una huelga internacional por el clima el 20 de septiembre, con el fin de obligar a los gobiernos a que actúen inmediatamente para salvar al planeta. Es la esperanza.