El Quijote II, 34

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El Quijote II, 34

Don Quijote y Sancho Panza salen de cacería con los Duques y los acompañantes de éstos. El escudero corre gran riesgo al estar a punto de ser embestido por “un desmesurado jabalí, (que apareció) crujiendo dientes y colmillos y arrojando espuma por la boca”. A pesar de los apuros en que se ve, Sancho alcanza a ser rescatado por don Quijote y por los sirvientes del Duque que se apresuran a matar al jabalí.

Puesto a salvo Sancho, quien se manifiesta enemigo de la caza, discute con el Duque sobre la pertinencia de este ejercicio y éste sostiene que es lo “más conveniente y necesario para los reyes y príncipes que otro alguno”.

El Duque dice al escudero que hasta él, Sancho, cuando sea gobernador también se ocupará de la caza y verá cómo ésta “vale un pan por ciento”. Sancho lo niega terminantemente y entonces el Duque le dice que ojalá así sea, “porque del dicho al hecho hay gran trecho”.

“- Haya lo que hubiere –replicó Sancho- que al buen pagador no le duelen prendas, y más vale al que Dios ayuda que al que mucho madruga, y TRIPAS LLEVAN PIES, QUE NO PIES A TRIPAS, quiero decir que si Dios me ayuda, y yo hago lo que debo con buena intención, sin duda que gobernaré mejor que un girifalte” [en sentido figurado como un gran halcón, es decir, muy sobresaliente].

En su respuesta al Duque, Sancho –como con frecuencia acostumbra- cita tres refranes seguidos para dar a entender con los tres en su conjunto lo que quiere decir, en el caso, que será muy buen gobernador.

El tercero de los mencionados, “tripas llevan pies, que no pies a tripas”, se interpreta en el sentido de que sólo cuando el estómago (aquí se dice tripas) está satisfecho, todos los miembros del cuerpo, empezando por los pies, tienen fuerza y vigor para cumplir cuanto se les ordene. Y que a la inversa es imposible, es decir, que todas las demás partes del cuerpo son incapaces de proveer fuerza al estómago (tripas).

En otro pasaje, que se lee en el capítulo 47, cuando ya Sancho es gobernador de la Ínsula Barataria y como parte de las burlas de que se le hace objeto es tenerlo sometido a una dieta muy rigurosa, pide que al menos le den “un pedazo de pan y obra de cuatro libras de uvas”, pues dice: “no puedo pensar sin comer” y para enfrentar los problemas es necesario estar bien mantenido “porque TRIPAS LLEVAN CORAZÓN, QUE NO CORAZÓN TRIPAS”.

@jagarciavilla