Avances y desafíos para la política migratoria de México
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Avances y desafíos para la política migratoria de México
Contención, primeras medidas, adoptadas por México tienen que ver con la disminución de la inmigración desde la frontera con Guatemala, con el despliegue de más de 6,000 elementos de la Guardia Nacional, cambios en el Instituto Nacional de Migración, imposición al ingresar a México de identificación de los migrantes y control de flujos, lo que no es sencillo en una frontera con múltiples posibles cruces sin registro, fundamentalmente a través del río Suchiate y del Usumacinta, así como a través de una frontera borrada por la selva y marcada sólo por mojones, sin garitas migratorias. México busca una migración ordenada, registrada, controlada, que sepamos quiénes entran, por dónde, hacia dónde van, qué objetivos tienen.
El compromiso con Centroamérica. Sin duda dos pasos importantes para concitar el apoyo exterior a México fue la decisión de dar inicio a una que en el mediano plazo logre avances para reducir la inmigración mediante una inversión para solucionar los grandes problemas de obligan a los migrantes a dejar sus países: pobreza y amenazas a la seguridad de las personas. Se impulsó una política para el desarrollo presentada por la Cepal y el inicio de inversión económica para llevarla adelante. México dio el primer paso en el encuentro de los presidentes de México y El Salvador en que anunció el presidente López Obrador una inversión de los primeros 30 mmd de un total de 100 mil. Se esperan aportaciones de la Unión Europea, el apoyo de Naciones Unidas, de países de América Latina y desde luego se esperaría una inversión importante de EU que había retirado el apoyo económico a Guatemala, El Salvador y Honduras. Es un importante paso inicial para soluciones de mediano plazo. El encuentro en Tapachula del Presidente de México y el de El Salvador sellaron el compromiso.
Apoyos internacionales a México. Los avances en materia migratoria han impulsado los apoyos internacionales que ha recibido México por parte de Naciones Unidas y de la Unión Europea, de países de América Latina y del Secretariado de la Cumbre Iberoamericana, para atender la avalancha migratoria que atraviesa México, abordando los problemas que la originan, los negociadores encabezados por Marcelo Ebrard deben prepararse para lo peor. Primero, porque a pesar de los elogios por la reducción de la migración y la felicitación al presidente López Obrador que ha hecho Trump, nadie en su sano juicio puede asegurar que se mantendrá la buena calificación y que se puede bajar la guardia y dar vuelta a la hoja. Hay que recordar que en los acuerdos del 7 de junio no se estableció ningún parámetro determinar si se alcanza una disminución de la inmigración aceptada por Estados Unidos, lo que será determinado por Trump. México deberá prepararse para una segunda etapa de negociación mucho más dura porque el verdadero objetivo de la Casa Blanca es que nuestro país se haga cargo de los migrantes, mientras esperan la aceptación o negación de su solicitud de asilo que puede durar meses o más de dos años. Esto se ha impuesto ya como una política unilateral de facto sin que hayamos aceptado este retorno, ni menos aún ser tercer país de asilo.
México, frontera Norte. Aún sin acuerdos, el reingreso a México de solicitantes de asilo en Estados Unidos, muestra lo que se requerirá con una serie de medidas urgentes para sostener en nuestro país a miles de inmigrantes durante lapsos de tiempo no pequeños, hasta de dos años. Un dato: entre el 29 de enero y el 20 de junio, Estados Unidos envió a México a 14,000 solicitantes de asilo que espera ya acá la resolución positiva o negativa de su asilo. ¿Cuántos más se esperarían? México tendrá que hacerse cargo del alojamiento, alimentación, servicios educativos, sanitarios y médicos de una población creciente reingresada a nuestro país. El gasto será enorme y los desafíos de organización recaerán también sobre estados fronterizos como Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León… Será necesaria la concertación entre el ejecutivo y los gobernadores. ¿En qué forma incidirá esto en la vida de las ciudades y estados a ambos lados de la frontera, es decir en México y en Estados Unidos? ¿Cómo cambiará la dinámica de ciudades como Tijuana y San Diego, que es la frontera que más número de cruces diarios tiene en el mundo. O Ciudad Juárez y El Paso? Son ciudades cuyas dinámicas de vida diaria están entrelazadas y así otras a lo largo de toda la frontera norte. El reto es mayúsculo y el trabajo que habrá de realizarse para evitar el descontento y la xenofobia no es una cuestión menor. Se requerirán muchos recursos económicos pero también políticos y sociales.
La crueldad de la política migratoria de Estados Unidos. Si algo ha caracterizado la fallida política antimigrante de Estados Unidos estos dos años, ha sido la crueldad con que se maneja: la brutal separación de familias, de padres e hijos, los dramáticos y múltiples casos en que no se vuelven a encontrar. Las caravanas que llegan a Estados Unidos están integradas mayoritariamente por familias, son las mujeres y los niños los que llevan la peor parte. Basta asomarse a algunas imágenes y recordar que no se tiene por parte de autoridades de EU la cifra exacta de los niños que perdieron a sus padres y las condiciones que viven menores. Insoslayable la defensa de los derechos humanos de los migrantes.
La siguiente negociación, será una de las más difíciles, ¿tercer país seguro? La situación actual tiene características particulares, la primera es que México se define, por primera vez, como país exclusivamente de tránsito, por caravanas de centroamericanos, pero a las que se han agregado otras migraciones.