El legislativo siempre a la sombra del Ejecutivo
Usted está aquí
El legislativo siempre a la sombra del Ejecutivo
Desde la primera enunciación formal de la división de poderes inspirada por Montesquieu se dejó establecido que éstos, los poderes, se limitaran y moderaran recíprocamente mediante el establecimiento de pesos y contrapesos de manera que ninguno prevaleciera sobre los otros, ya que debían ser distintos e independientes entre sí, con el fin de que no existieran los abusos de autoridad y poder evitar la concentración de dominios que con el tiempo daría lugar a un régimen autoritario.
Refiero lo anterior tomando en cuenta que se ha observado que el diputado local y Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Marcelo Torres Cofiño, persistentemente ha demostrado en forma pública una anexión casi permanente al Ejecutivo del Estado,
Esa situación ha permeado entre los ciudadanos que lo traducen como un símbolo adosado y que está a su disposición, por lo que en un momento dado se lograra dar la sensación de ser dos poderes en uno solo, y que se pudiera crear un punto de inflexión cuyas consecuencias podrían ser riesgosas al generar un distanciamiento forzado y forzoso entre esos dos poderes, repercutiendo en rencores políticos que consiguieran crear una atmosfera neblinosa en el ya próximo año que le corresponde al partido Morena dirigir al órgano legislativo, en virtud de la manifestación empática que ha hecho evidente el ejecutivo estatal con el partido gobernante en el país.
Es cierto que existen algunos eventos que por su naturaleza los jefes de los poderes constituidos deben presidirlos conjuntamente, a sabiendas que en algunos otros, deben ajustarse al radio de acción que corresponde a sus atribuciones, pues la presencia al lado del Ejecutivo en múltiples ceremonias, más que darle realce, demerita la representación que encabezan y dan la impresión que es poco el trabajo que tienen.
Ojalá que dediquen más tiempo a sus labores para no caer, como fue en la anterior administración que escoltaban al Gobernador en todos los eventos. Solo les faltó, y nomás porque no se dio el caso, acompañarlo a coronar la flor más bella del ejido.
Eso, hasta ahora mismo, los titulares de esos poderes no han dado muestras de rivalizar entre ellos a pesar de los intereses propios de cada uno, pues es de suponerse que se trata de personas maduras, ecuánimes, y académicamente preparadas que posean sensatez a fin de que su actuar sea totalmente imparcial y sobre todo apegado herméticamente a derecho y a lo justo en sus apreciaciones.
Del otro poder, el Judicial, hasta la fecha ha reflejado una distancia sana con el Ejecutivo del Estado por parte de la Magistrada Presidenta Miriam Cantú, quien qué bueno que ha preservado la pulcritud de su nombre proveniente de una familia que ha formado un estatus de trabajo con resultados de éxito.
Sin embargo existen algunos puntos, que desde luego, por no ser su tiempo no le acarreó responsabilidad, pero creo que debe ser de su interés solucionarlos y dejar inmaculado el nombre del Tribunal Superior de Justicia del Estado antes de que se retire, como lo ha informado, de la actividad pública.
Me refiero concretamente al problema ocasionado por la disposición que se hizo por parte del que fuera impuesto Presidente de ese Tribunal, Gregorio Pérez Mata, de más de 100 millones de pesos cuya pertenencia le correspondía a esa institución, quién los depositó en una casa bancaria con el objeto de obtener ganancias por concepto de rendimientos cuyo organismo se fue a la quiebra castigando, al menos hasta la fecha, con la imposibilidad de poder recuperar algo así como el 90 por ciento de ese dinero que seguramente se perderá.
Recordemos que ese dinero proveniente de recursos fiscales, tenía un fin específico que no era precisamente ganar utilidades, sino emplearlo en actividades relacionadas con la impartición de justicia.
En este caso, solo pregunto, ¿que procede?
Si la respuesta es que se deben fincar responsabilidades ¿por qué no lo han hecho?
Es tan deplorable que en el propio recinto de la justicia se ponga a la justicia en un mal equilibrio.
¡Qué impropiedad! como diría el erudito don Felipe Sánchez de la Fuente.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf