Un gol en el último suspiro del tiempo reglamentario le dio la victoria a la Alemania de Joachim Löw que sufrió para doblegar a la persistente Holanda que emparejó una desventaja de dos goles pero al final se quedó con las manos vacías.

Con el inicio de un nuevo ciclo sin viejos estandartes en el equipo, Löw confió en la dupla Leroy Sané y Serge Gnabry para doblegar una defensa holandesa comandada por el monstruo del Liverpool: Virgil Van Dijk que hace dupla con la promesa Matthijs de Ligt.

El atrevimiento de Joachim le funcionó en una primera parte que dominaron a placer. Corría el minuto 15’ cuando Schulz cabalgó por corredor izquierdo y tras un tropiezo de De Ligt, el cuero cayó en los botines de Sané quien definió cruzado para vencer a Cillesen. 

Pese al intento de respuesta de los tulipanes, fue Gnabry quien con una genialidad colgó el 0-2 en el luminoso. El atacante teutón dejó atrás a dos hombres y desde los linderos del área sacó un disparo de rosca para petrificar a los holandeses.

Para la reanudación los papeles se invirtieron. Fueron los muchachos de Ronald Koeman quienes a base de empuje igualaron las acciones. Apenas a los tres de la segunda parte, De Ligt impuso sus 1,89 metros de altura para marcar el primer gol de Holanda. Quince minutos más tarde, Depay colgó el 2-2 parcial tras una jugada fortuita. 

Cuando los dos equipos parecían conformarse con el empate, Gündogan, que llevaba 20 minutos en el campo, se internó entre la defensa holandesa, dio un pase atrás a Schulz y éste, sin parar la pelota, marcó el gol que le dio los primeros tres puntos Alemania en la fase de clasificación de la Eurocopa 2020.