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Calcetines "crazy" de John, el sueño de un joven con síndrome de Down
Un calcetín colgado en la puerta, un retrato de John y el lema "Difunde la alegría" dan la bienvenida a la empresa de calcetines "John's Crazy Socks" en la pequeña localidad neoyorquina de Melville, que el joven con síndrome de Down John Cronin fundó hace dos años con su padre Mark
Dentro de las instalaciones todo es actividad y calcetines. Un total de 39 trabajadores, 23 de ellos con "otras habilidades", como los describe Mark Cronin, reciben los pedidos, recogen los pares del almacén, los empaquetan junto con una nota y unas chocolatinas y los envían.
"Hoy mandaremos entre 250 y 300", asegura a Efe Mark, de 60 años, que explica que el año pasado realizaron 244,000 envíos.
Mucho ha cambiado el negocio desde que arrancó el 9 de diciembre de 2016, cuando padre e hijo abrieron una página en la red social Facebook con varios videos de John ofreciendo su producto, cuya fabricación encargan a otras empresas.
Entonces hicieron 450 pedidos en un mes, sobre todo entre familiares y amigos de la zona que el joven John, que acaba de cumplir 23 años, entregaba en persona.
"Nos pareció un pedido enorme y creo que lo hicimos muy bien", dice Mark antes de insistir: "Aprendimos dos cosas: una, que la gente quería comprar calcetines y dos, que la gente quería comprar calcetines de John. Recibimos correos electrónicos y cartas de gente diciendo que veían a John como una inspiración”.
Kriste Dembriski, que trabaja en el departamento de desarrollo y comercialización, cuenta a Efe cuando comenzó a trabajar hace un año en Facebook apenas tenían 150 seguidores y que, ahora, la página ya supera los 200,000.
"John y yo hacemos nuevos vídeos todos los días y algunas veces me olvido de hacerlo y John me dice 'no, no, tenemos que grabar ahora'", asegura Debriski, que como el resto de empleados destaca el ambiente de la empresa: "Nunca es aburrido”.
El 5 % de los beneficios recaudados, según Mark, se destina a la organización deportiva Special Olymipics, que trabaja con personas discapacitadas y con la que John ha ganado numerosas medallas, como atestigua una de las paredes del almacén.
Además, reciben excursiones de colegios e institutos y de grupos de trabajo de centros sociales.
Grabados de obras de arte, dinosaurios, superhéroes, motivos inspirados en el Día de los Muertos o rostros de personalidades desde Einstein hasta Frida Kahlo pasando por presidentes de EU. como Donald Trump, Barack Obama o el recientemente fallecido George H.W Bush, son algunos de los 2,300 modelos que ofrecen en su página web
Elissa Bronchick, una de las trabajadoras con discapacidad y que se dedica a tomar pedidos, formación y a envolver, dice a Efe que sus favoritos son los que llevan grabada la torre Eiffel.
Pero de todos ellos, los fundadores destacan los inspirados en diseños de John, como el "21 corazón 3", que marca la fecha del 21 de marzo, Día internacional del Síndrome de Down o el del superhéroe Síndrome de Down, que John muestra con orgullo.
Además, hay otros dibujos para reivindicar trastornos como el autismo, o enfermedades como el cáncer.
John hace un recorrido por las oficinas enseñando el estudio donde prepara sus vídeos y el almacén donde se guarda el género, y explica que una de las opciones que ofrecen es el envío de un calcetín diferente cada mes.
Todo comenzó cuando Mark, que la mayor parte de su vida ha trabajado en el sector sanitario, se quedó sin trabajo y John, cerca de cumplir los 21 años, estaba a punto de concluir su escolarización y tanto él como su familia buscaban una ocupación.
Mark cuenta que fue su hijo quien sugirió que trabajaran juntos y quien después de varias iniciativas que descartaron, como montar una "tienda divertida" y un "carrito de comida", propuso diseñar y vender calcetines de colores, como a él le ha gustado llevar toda su vida.
"Vamos a vender 'crazy socks' (calcetines locos, en inglés). Siempre me ha gustado vestir calcetines locos, toda la vida, porque son coloridos, divertidos, me gusta crear y siempre me recuerdan quién soy yo", dice John, que en varias ocasiones abraza a su padre, otras bosteza y otras se une al equipo para empaquetar los productos.
Su padre ya está pensando en moverse a un sitio más grande, en el que haya una cafetería, una tienda física y un anfiteatro, así como en abrir una línea específica con modelos diseñados e inspirados no sólo en los dibujos de John, sino en los de otras personas con "otras habilidades”.
"Sigue tus sueños, sigue tu corazón y sigue tus sueños que se harán realidad", concluye John a modo de consejo.
Síndrome de Down, parteaguas en estudios genéticos y diagnóstico temprano
El Síndrome de Down ha sido un parteaguas en el mundo de las investigaciones de las ciencias biológicas ya que a partir de esta condición se ha desarrollado genética clínica y se han realizado estudios para mejorar el diagnóstico y prevenir embarazos con este trastorno, estimó este miércoles un especialista.
En el Día Mundial del Síndrome de Down, Ricardo Juan García Cavazos, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), señaló que este síndrome corresponde a una alteración de tres cromosomas, lo que se denomina cromosoma 21 o trisomía 21.
El director de la Escuela Superior de Medicina del IPN afirmó que los bebés que nacen con esta alteración en México son uno de cada 650 recién nacidos vivos.
Recordó que este síndrome se conoce desde 1959, cuando los científicos Joe Hin Tjio y Albert Levan determinaron las bases cromosómicas (Cariotipo) del SD y otras alteraciones cromosómicas.
"A partir de ahí, se detectaron este tipo de problemas en pacientes con características muy similares", recordó.
El especialista en genética explicó que poco a poco las técnicas han avanzado y la tecnología molecular ocupa hoy un lugar predominante, toda vez que es más sofisticada.
"Actualmente, hay procesos moleculares que han hecho posible manejar el número de genes que presenta el cromosoma y hacer un mapa clínico dentro del cromosoma que determine los sitios de alteración física del bebé", indicó.
Subrayó que esto ha conllevado grandes avances en el concepto de lo que es el manejo de padecimientos y el diagnóstico molecular desde la novena o décima semana del embarazo, con una prueba no invasiva de obtención del ADN fetal en sangre materna.
Del mismo modo, el especialista comentó que tener un niño con Síndrome de Down no es sinónimo de transmisión hereditaria.
"Es importante el estudio cromosómico (Cariotipo) para determinar el proceso que dio origen a la cromosoma 21 regular, Grupo Mosaico, Translocación o duplicación", refirió.
Aseguró que desde que nace un niño con el cromosoma 21, se elabora un plan o guía de vigilancia en salud para su vida.
Con ello se marcan las pautas de cada tiempo para saber cuándo debe ser revisado para excluir alguna complicación, el apoyo en estimulación y el desarrollo o atención oportuna preventiva.
Finalmente, el científico del IPN reconoció que las personas con Síndrome de Down no son un sector segregado.
Al contrario, son personas totalmente integradas a la familia, a la sociedad y, en muchos casos, son económicamente activas para los países.