En el marco del 25 aniversario de la creación del programa coral el Centro de Estudios Musicales ofreció un concierto el jueves 31 de enero en el Templo de San Juan Nepomuceno donde pudimos escuchar el progreso de los alumnos pertenecientes tanto a su orquesta sinfónica como al coro.

“Hace 26 años comenzamos el proyecto de la Banda Sinfónica Juvenil de Saltillo, donde empezamos a dar clases instrumentales a jóvenes. Al año siguiente fue obvio que para poder tener futuras generaciones de músicos teníamos que empezar un proyecto coral, con niños más pequeños para que entraran a una edad temprana, se iniciaran, pudieran desarrollarse y a futuro pudieran trasladarse al programa instrumental”, explicó para VANGUARDIA el director del centro, el maestro Eduardo Figueroa.

A lo largo de los años este proyecto se ha ampliado para permitir la inclusión, primero de adultos mayores de 60 años y luego de adultos en edad no escolar.

El evento del jueves incluyó, por tanto, a integrantes de todas las edades, quienes interpretaron piezas de Marc-Antoine Charpentier y Johann Christian Bach entre otros autores.

Labor formativa

La educación musical permite el desarrollo en las personas de más que sólo las habilidades para la práctica artística, pues también inculca en ellos valores y competencias que contribuyen a una formación más integral, en especial si esta se imparte desde la infancia.

El Centro de Estudios Musicales tiene la intención de introducir en la música a niños, adolescentes —y ahora también adultos— y a través de ella enriquecer su crecimiento de la mano de la enseñanza técnica de instrumentos de cuerdas, alientos y percusiones, además del arte vocal.

El CEM nació como parte del Programas de Coros y Orquestas Juveniles de México, a cargo de Fernando Lozano, donde Figueroa estudió dirección musical.

Desde ahí formó parte de la creación de la Sinfónica Juvenil de Monterrey, fundó la Banda Sinfónica del Instituto San Roberto y cuando la iniciativa de Lozano llegó a Saltillo el proyecto que el maestro presentó fue el seleccionado.

Si bien el objetivo principal del CEM no es la formación de músicos profesionales sí es cierto que muchos de sus alumnos han continuado dentro de la disciplina y han forjado una carrera.

Comentó que no cuentan con datos exactos de cuántos casos como este existen porque, recalcó, “el CEM no tiene la finalidad de generar músicos. Tiene la finalidad de generar vivencias positivas en las personas y que ellos los trasladen hacia la carrera que elijan”.

“Entonces a través de la música van a tener la oportunidad de desarrollar relaciones interpersonales, fijar metas a mediano, corto o largo plazo, a desarrollar habilidades de trabajo en equipo y la idea es que eso después lo apliquen en su especialidad”, agregó.