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PRI tiene que cambiar la forma de hacer política, dice en Torreón Ulises Ruiz
Torreón, Coahuila. – Ulises Ruíz, aspirante a la presidencia nacional del PRI, exigió aquí que el nuevo dirigente del partido se elija por consulta directa a la militancia, que se instalen urnas a lo largo del país en las 90 mil secciones electorales y que los auténticos priistas elijan, a través de su voto, al nuevo presidente del Revolucionario Institucional.
Si es necesario, manifestó que solicitará al Instituto Nacional Electoral la conducción de este proceso, en virtud de que tiene atribuciones para hacerlo y se garantice así la imparcialidad con reglas claras.
Explicó que PRI necesita un dirigente fuerte, que llegue con el respaldo y los votos de los militantes de todo el país, porque inmediatamente, si es posible, el mismo día de la toma de protesta del nuevo presidente nacional del tricolor, hay que convocar a una refundación del partido en la asamblea nacional.
El ex gobernador de Oaxaca visitó la Comarca Lagunera como parte de su gira en busca de la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional.
Declaró que al interior del instituto se debe recuperar la social democracia y apuntar hacia el futuro con la renovación de principios que permitan actualizar al PRI, acorde a la transformación del país para recuperar la confianza de los mexicanos.
Después de que el PRI siempre estuvo al lado del campo mexicano y en los centros urbanos con los pobres, actualmente es un partido de la ultraderecha, porque abandonó los principios democráticos, recriminó.
De la política social del nuevo gobierno federal, es más de lo mismo, un poco aumentado en el crecimiento de los programas, pero sigue siendo asistencial, por ello es necesario discutir una nueva política que proponga el combate a la corrupción que lastima a los mexicanos.
Con la forma de actuar del grupo Atlacomulco, desplazando a la militancia, el PRI no ha aprendido que tiene que cambiar, sigue igual, imponiendo dirigencias externas, como la de Enrique Ochoa y luego la de José Antonio Meade.
Además, la dirigencia que deja Enrique Peña Nieto en el PRI, es una dirigencia impuesta en la persona de Claudia Ruiz Massieu, con las mismas prácticas, cuando la exigencia es que el partido se comporte como oposición que es, ya que hay algunos gobernadores, como el de Coahuila, que parecen más morenistas que los morenistas, al servicio de López Obrador, refirió.
“El PRI no está muerto, sigue vivo, perdimos, pero sigue habiendo presencia de priistas que nunca van a cambiar; esta crisis que se está viviendo, es una oportunidad para plantear una refundación, democratizando el partido, empezando por una elección limpia al interior”, apuntó.
Lo que se espera de los gobernadores, es que faciliten que el partido se pueda abrir y no quieren inmiscuirse e incidir en las decisiones de la militancia, sino al contrario impulsen la democratización.
Gobernadores de la generación de la vergüenza
En la autocrítica hacia su partido, Ulises Ruíz, señaló que los errores y deficiencias, apuntan a un rechazo al ex presidente Enrique Peña Nieto. por la protección que brindó a ex gobernadores corruptos en casos como el socavón, la estafa maestra, la casa blanca, la casa de Videgaray, Odebrecht, la deuda de Coahuila y otros temas que por lo menos se debió abrir una investigación.
Es el caso de lo que se ha llamado gobernadores de la vergüenza, que Enrique Peña Nieto le llamaba la nueva forma de gobernar, pero una cosa es que gobiernen los jóvenes y otra es poner a los amigos a gobernar.
El PRI no debe defender a gobernadores que hayan desviado recursos o cometido ilícitos, al contrario, los tiene que expulsar.
“Cuando se compruebe, nosotros vamos a ir a fondo en eso, en el combate a la corrupción, para terminar con ese mal que sacude a toda la administración pública en todos los niveles”, precisó.
Expresó que estos son temas que tiene el PRI que enfrentar, no tiene por qué evadirlo, ni cargar con esos lastres, sino exigir que se castigue.
Si no se transforma el partido, acorde a cómo se está transformando el país, obviamente no tendrá destino; pero si se hace con seriedad, sin maquillaje, se podrá recuperar la confianza.