Arresto de Carlos Ghosn, presidente de ­Nissan-Renault-Mitsubishi, cambiará la industria automotriz

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Arresto de Carlos Ghosn, presidente de ­Nissan-Renault-Mitsubishi, cambiará la industria automotriz

Foto: Especial
Junto con Ghosn se acusa a Greg Kelly, presidente de Nissan Estados Unidos, de los desvíos y aprovechamientos a nivel mundial, se dice que es una estrategia para que ­Nissan pueda ser recuperada por manos 100 por ciento japonesas

El arresto de Carlos Ghosn, presidente de la alianza ­Nissan-Renault-Mitsubishi, en Japón, acusado de todo y nada concreto, tiene grandes repercusiones a nivel mundial, que involucra a los tres continentes y en especial a México, por la sencilla razón que Nissan es líder con una participación de mercado del 23 por ciento. Con prácticamente 19 años de fusión, hace apenas cinco años aterrizó en nuestro país, donde Nissan aportó gran parte de su gerencia para rescatar a Renault, que había caído en un bache.

El escándalo del arresto de Ghosn tiene muchos elementos de envidia y conspiración palaciega.

Desde las constante expresiones de enojo porque Ghosn, en calidad de CEO de las tres empresas automotrices, cobraba en cada una de ellas, cosa que lo convertía en una de los ejecutivos mejor pagados en el mundo. Se dice que en Nissan ganaba 8.8 millones de dólares, 3.8 en Renault y 2 millones de dólares en Mitsubishi.

Ghosn forjó su imperio a partir de una aguda crisis de Nissan en 1999, cuando estuvo a punto de la quiebra y Renault compró el 35 por ciento de las acciones para rescatarla, en donde se incluyó el gobierno de Francia, que tiene el 15 por ciento de la firma europea. Con el paso del tiempo Ghosn se convirtió en un 'emperador', que el año pasado tocó las puertas entre los más grandes al vender 10 millones de vehículos, para colocarse sólo atrás de Toyota, que ocupa el primer lugar.

Carlos Ghosn transformó a México en una gran plataforma de exportación a Estados Unidos, con más de 800 mil unidades anuales y consolidó una alianza con Daimler para producir en Aguascalientes vehículos compactos de superlujo. Además, impulsó la producción, en la planta de ­Nissan de Cuernavaca, de una pick-up pequeña para Renualt llamada Orosh.

Foto: Especial

Junto con Ghosn se acusa a Greg Kelly, presidente de Nissan Estados Unidos, de los desvíos y aprovechamientos a nivel mundial, por lo que estará incluida toda la plataforma de producción y ventas globales. Quizás, se dice, es una estrategia para que ­Nissan  pueda ser recuperada por manos 100 por ciento japonesas y obligar a que Renault venda el 42.7 por ciento de las acciones, pero en un mundo de alianzas podrían llevar a la marca a una crisis parecida a la de 1999.

Fuente: Visión Automotriz