Mito o realidad: ¿Crees en el 'mal de ojo'?... ¿en verdad existe?

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Mito o realidad: ¿Crees en el 'mal de ojo'?... ¿en verdad existe?

Foto: Tomada de Internet
El mal de ojo ha sido un mal, una enfermedad, un miedo y una vibración enigmática entre los cuerpos de la que difícilmente nos hemos olvidado, ya que en pleno siglo XXI continúa vigente

El mal de ojo está "plenamente vigente" en el siglo XXI y existe en "todos" los niveles sociales y económicos, incluyendo a jueces, arquitectos, políticos o médicos que siguen acudiendo a curanderas, según una  investigación que desarrolló el antropólogo Pedro Pablo Salvador.

"La creencia en el mal de ojo está plenamente vigente en el siglo XXI. Es una patología popular que existe en todos los niveles socioeconómicos, absolutamente en todos, gente con titulación universitaria cree en el mal de ojo, da igual el nivel de renta y no es un fenómeno eminentemente rural sino que también se da en el ámbito urbano", asegura.

Pero, ¿Qué es el mal de ojo?

El mal de ojo como "la creencia de que una persona, por el mero hecho de desearte mal o halagarte, puede producirte enfermedad o malestar" y matiza que es algo que no solo afecta a las personas sino también a las plantas, por ejemplo, a las cosechas, y hasta los animales.

El mal de ojo es una creencia popular supersticiosa que está extendida en muchas civilizaciones, según la cual, una persona tiene la capacidad de producir daño, desgracias, enfermedades e incluso llegar a provocar la muerte a otra sólo con mirarla. Esta contraparte afectada se dice que "está ojeada, que le echaron mal de ojo, o el ojo encima".

Durante la antigüedad se pensaba que las brujas eran las que lo usaban para hacer caer enfermas a sus víctimas, y que así perdieran el amor o llegaran a dejarlas en ruinas.

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¿Existe realmente el mal de ojo?

Realmente no se puede demostrar científicamente, pero lo que es común es que quienes creen ser víctimas de un mal de ojo, sufran determinados dolores o problemas físicos. Por ejemplo, en algunos países orientales se cree que las personas con el color de los ojos claros presentan una mayor capacidad y un mayor poder para hacer mal de ojo. Pero todo esto no es demostrable.

Sin embargo, hay quien dice que desde la psicología social pueden explicarse estos fenómenos, y cómo solo con desearle mal a otra persona ésta puede llegar a padecerlo. Por una parte, los estudios demuestran que cuando una persona está enterada de que alguien está practicando rituales en su contra, afirma tener peor suerte de lo habitual.

Remedios contra el mal de ojo

Popularmente se han buscado diferentes remedios, ya sea para la prevención, como por ejemplo pisar los zapatos nuevos de familiares y amigos (como mecanismo para evitar la envidia), escupir a los bebés o embarazadas (en las culturas populares se considera la saliva como protectora), la interposición de objetos considerados como mágicos o protectores mágico-religiosos, como estampillas de santos, oraciones, etc.

La cultura popular suele dejar la cura del mal de ojo en manos de curanderos, que realizan diferentes rituales. En uno de ellos, bastante extendido, en primer lugar se diagnostica que efectivamente la persona padece de mal de ojo vertiendo aceite sobre un mechón de pelo de la misma, que se sujeta sobre un vaso de agua: si la persona está aojada, el aceite se mezcla con el agua, esto es, se observan varias gotas que no se funden en una y quedan transparentes. Para curar al afectado, se debe continuar practicando este ritual al tiempo que se pronuncia una oración hasta que "se corta", es decir, hasta que se pueda ver el aceite flotando sobre el agua, como es normal.

También pasarle el huevo. Luego, el huevo se rompe y se vierte en un vaso cristalino con agua y se observará qué tanto mal de ojo tiene. Limpiarlo con alumbre es otro método efectivo.

Protección contra el mal de ojo

Se usan protecciones muy variadas, como ponerle un objeto llamativo, como una cinta roja, al envidiado o afectado, a fin de atraer su mirada lejos del observado, o colgar amuletos que sirven como escudo contra el mal.

El mal de ojo en el mundo

Las formas de protección o curación son diferentes según el lugar o país de creencia.

Antiguo Egipto y Asia

Durante la lejana época del Antiguo Egipto se utilizó como protección el "Ojo de Horus". Se conoce como nazar (en turco, boncuu nazar o nazarlk), al talismán más frecuente en Turquía, que se encuentra en casas y vehículos, o son usados como adornos. También entre algunos israelitas es frecuente la jamsa.

Europa

En Grecia también es frecuente el nazar también llamado ojo griego que representa a un ojo cuyo iris es predominantemente azulceleste, se usa desde la Antigüedad en collares o en komboloi y begleri etc. En Italia, sobre todo en el Mezzogiorno es frecuente el descendiente del itífalo llamado cornicello o cornetto portafortuna. En España, en la región de Murcia , se usa como protección la cruz de Caravaca. En el País Vasco y Navarra, los antropólogos creen que se usaban amuletos de bronce y plata desde la edad del bronce? En Álava, todavía se le cuelgan cencerros a las vacas, como residuo de los antiguos amuletos que hacían ruido para ahuyentar a los males que se creía que acechaban al valioso ganado?

El origen de esta befa o escarnio, según relatos, procede de un hecho histórico ocurrido en la ciudad italiana de Milán durante la baja Edad Media, al haberse rebelado los habitantes de tal ciudad contra el emperador alemán Federico II Barbarroja, expulsando a su esposa montada sobre una mula con la emperatriz mirando hacia atrás. Raudamente ocupó el emperador alemán la ciudad de Milán y ordenó insertar un fioco o higo en el culo de la mula en cuestión y obligó a que cada uno de los rebeldes derrotados sacase con la boca tal higo y lo volviese a meter sin ayuda de sus manos. Quienes no lo hacían eran ejecutados por un verdugo; de allí vendría la frase fare la fica como muestra de grave ofensa a una persona [un gesto semejante en significado común en Italia y Argentina (que se incluya la cultura de Argentina en la de Europa se debe a que la gran mayoría de su población es de origen europeo, teniendo por ello gran parte de sus rasgos culturales de origen europeo, especialmente procedentes de la Europa Mediterránea)] es el corte de manga que deriva de la mímica que originalmente representaba al corte de la mano a la altura de la muñeca. En italiano se dice fica al igual que en portugués, en francés figue.

Latinoamérica

Los amuletos más comunes utilizados en Latinoamérica son: una semilla llamada ojo de venado, cuentas de vidrio (chaquira roja y negra), un imperdible de plata con un ojo azul de vidrio, ámbar, un collar hecho por sí mismo, etc.

En Chile, muchas veces se santigua a los bebés, en una especie de unión de las tradiciones cristianas y las paganas; en Perú y México se pasa un huevo o un cuy por todo el cuerpo del afectado para extraer el mal.

En Centroamérica, existen varias formas de curar el mal de ojo, que también se conoce como ojeo u ojo; se cree que los más afectados por este padecimiento son los niños. Una de ellas consiste en frotar suavemente alrededor de las órbitas oculares con el cordón umbilical de una persona del sexo contrario al del enfermo (en algunos lugares de la provincia mexicana todavía se acostumbra guardar el cordón umbilical de los recién nacidos). También se puede tallar o tapar al niño con alguna prenda de ropa usada y sudada del padre. Si se sabe quién fue la persona que causó el daño, se le pide que cargue al niño. Asimismo suele recurrirse a una piedra llamada ixahi, la cual se utiliza para absorber el "mal" al frotarla en el cuerpo. Una vez hecho esto, es necesario tirarla. Son de uso frecuente las limpias con pirul, tabaco, chile ancho, huevo, copal negro, hojas de pipe e incluso fuego. En caso de que quien haya ocasionado el ojo al niño sea un animal, se recomienda remojar camalonga en agua y dar a beber al pequeño el polvillo que queda en el recipiente.

En Argentina, Ceferino Namuncurá, nacido en el pueblo de Chimpay o Chimpai, es a quien se adjudica, en la creencia popular o folclórica argentina, el descubrimiento del remedio para el ojeamiento o mal de ojo, y la enseñanza a los pueblerinos locales de dicho arte. Por esto, los curanderos o chamanes provenientes de la región de referencia son considerados por los supersticiosos como los más apropiados para realizar estos rituales.

En Venezuela, "se manda a preparar el ombligo" del recién nacido una vez que este se desprende a las pocas semanas de haber sido dado a luz. Esto es realizado por brujos o curanderos que rezan y colocan el ombligo en una funda roja pequeña para cargarla como amuleto o bien depositarlo en la cuna del bebé. Si el bebé ya tiene mal de ojo, se lleva a un "ensalmador" que ensalma (reza) frente al niño haciendo la señal de la cruz repetidas veces. Este tratamiento se realiza a veces por tres sesiones seguidas, una por día. Se recomienda que los neonatos carguen una cinta roja en una de las manos además de un amuleto de azabache, la cual consta de cuencas de color rojo (en el Caribe esas cuentas suelen ser de coral rojo) y negro alternadas, y generalmente con una figura de un puño de azabache. Es común ver a los niños con este amuleto. Son generalmente fabricados por indígenas.

En Guatemala, las llamadas comadronas en los pueblos utilizan un trapo o tuza (hoja seca de maíz) para frotar al recién nacido que presenta síntomas como: llanto, hipo, fiebre, o sobresaltos mientras duerme, mientras lo frotan con el trapo o tuza las comadronas escupen dicho utensilio repetidas veces y lo vuelven a frotar en el recién nacido, luego de pasarlo varias veces sobre el niño lo echan al fuego, si el trapo o tuza cruje en las llamas se dice que el niño tenia ojo y se le ha curado, si esto no pasa se dice que no era mal de ojo su afección, también se acostumbra a decir que no deben cargarlo las personas que están asoleadas o han estado bajo el sol de medio día, ya que según las creencias de los mas ancianos esto les puede provocar mal de ojo. Otras formas de crear mal de ojo según la cultura oral, es que cargue al recién nacido una persona en estado de ebriedad, otra forma es que a alguien que le agrade el infante solo le hable y no lo cargue, según la cultura oral esto puede provocar también el mal de ojo.

Mito o realidad, el mal de ojo ha sido un mal, una enfermedad, un miedo y una vibración enigmática entre los cuerpos de la que difícilmente nos hemos olvidado. Al final, las miradas penetrantes siempre estarán ahí, para recordárnoslo. 

Con información de La Vanguardia y Wikipedia