Usted está aquí
Decisiones de AMLO zarandean a las Fuerzas Armadas
México.- Andrés Manuel ha cerrado un ciclo de lo que será sin duda una sacudida dentro de la estructura de las Fuerzas Armadas del país. Esto representará una concreta y verdadera transformación en el país.
El presidente electo nombró a el general Luis Cresencio Sandoval González y el almirante José Rafael Ojeda Durán como los futuros secretarios de Defensa y Marina, respectivamente. Ninguno de los dos era favorito de los aún secretarios, Salvador Cienfuegos y el almirante Vidal Soberón.
Tras una breve reunión con López Obrador, el secretario de Defensa, Salvador Cienfuegos, citó ayer a su despacho a quienes se perfilaron durante meses como sus posibles sucesores, los generales Roble Arturo Granados Gallardo y Eduardo Zárate.
El mandatario electo tampoco se inclinó por ninguno de los dos militares que estuvieron en coordinación permanente con el equipo de transición para las áreas de seguridad Alfonso Durazo, el general Saavedra y el almirante José Luis Vergara a quienes la prensa colocó como los favoritos para ocupar los máximos cargos.
Sin embargo, el perfil de Sandoval González rompe la generación de sus actuales jefes. Luis Cresencio estudió en el Pentágono y en Canadá, en donde fue formado en Operaciones de Apoyo a la Paz. Fue incorporado en la embajada en Washington y tiene cercanía profesional con altos mandos del Ejército norteamericano.
También, hace un par de semanas, el presidente electo advirtió que los secretarios de su gabinete no son para seis años ya que no durará en cambiarlos si no dan el ancho o no son capaces de coordinarse.
Esta segunda sacudida es relevante considerando que en los últimos tres sexenios en México se ha visto que los integrantes del gabinete de seguridad no se coordinan y la mayoría de ellos no dan el ancho. Sin embargo, por lo menos en los casos de las secretarías de Defensa y Marina, los titulares nunca han sido removidos en el transcurso del sexenio.
La tradición se rompe y el general Ojeda y Sandoval llegan con la advertencia de que pueden irse y que su cargo no está amarrado al sexenio de Obrador.
Una tercera sacudida, como lo expresa Carlos Loret de Mola en su columna, corresponde a que Andrés Manuel ha trabajado su estrategia de seguridad sobre la primicia de establecer un mando entre él, como comandante supremo de las Fuerzas Armadas, y los secretarios de Defensa y Marina.
La cuarta y última sacudida es su reciente gira a Tamaulipas en la que el presidente electo delineó que planea establecer un mando único que coordine a elementos del Ejército, Marina y Policía Federal con entrenamiento de élite y blindaje anticorrupción. Dicho mando sería civil, lo que implica un proceso de adaptación para los elementos castrenses que, por décadas, han ejercido sus labores sin mezclarse u obedecer a otra autoridad que no porte el mismo color del uniforme.
Andrés Manuel López Obrador fue muy claro y categórico al declarar que: “juntos vamos al cambio por el camino de la concordia, de la reconciliación y la unidad de todos los mexicanos”.