'Inicia la era del tupper' en el Congreso y hacen su #tupperchallenge

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'Inicia la era del tupper' en el Congreso y hacen su #tupperchallenge

Foto: Twitter
Es una forma de ahorro simbólica, pero no es suficiente para generar un verdadero ahorro legislativo, aseguran especialistas.

La medida de austeridad promovida por el senador Martí Batres, mejor conocida como  el Tupper Challenge, es una forma de ahorro simbólica, pero no es suficiente para generar un verdadero ahorro legislativo, aseguran especialistas.

José Antonio Crespo, internacionalista, investigador del CIDE y columnista de El Universal, aseguró sobre el tema de que los senadores lleven su propia comida en envases de plástico: “No se ahorra mucho, no tiene un impacto económico, pero si un simbolismo político muy fuerte”.

Aunque no le desagrada del todo esta medida, pues para el especialista, es bueno que cada diputado o senador pague lo suyo.

“Sería mejor que cada uno de los legisladores pagarán de su bolsillo en el comedor los alimentos que consuman”  comentó como otra medida de ahorro

Afirmó que otras formas en las que se puede lograr economizar los gastos legislativos pueden ser, retirar los seguros de gastos  médicos, restringir los viajes internacionales a únicamente los verdaderamente importantes y eliminar el turismo legislativo.

Indicó que un ejemplo de no vigilar de manera correcta los gastos de los congresistas es el caso de Layda Sansores ( jefa delegacional electa de Álvaro Obregón) pues “usaba los recursos de la manera que ya todos conocemos”.

Por otro lado, Khemvirg Puente, coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, dijo que es una medida simbólica positiva, no por lo que representa en términos de ahorro económico sino porque refleja que los órganos de gobierno pueden realizar sus funciones sin la necesidad de grandes recursos.

Añadió  que “es una gran oportunidad, no es una salida para el tema de los ahorros. Es un mensaje simbólico”.

Sostuvo que la medida, también es un mensaje positivo por parte de los legisladores, ya que demuestra que están más atentos a las críticas que los ciudadanos les  han hecho.

El académico enlistó algunas otras formas en las que el Congreso de la Unión puede ahorrar recursos, como fiscalizar los boletos de avión, reducir las comitivas que viajan a los eventos internacionales, conseguir tarifas más económicas para los viajes fuera del país, tope en los gastos de telefonía y crear tabuladores de gastos transparentes.

Destacó que una de las medidas más importantes que se pueden tomar para controlar el consumo legislativo es crear una contraloría independiente, que no dependa de ninguna de las dos cámaras y que audite tanto  los gastos de éstas, como los de sus integrantes, como sucede en otros países del mundo.

Expuso que como otra manera de mantener control sobre los gastos se debe crear "un comité de ética que no solo vigile su conducta, sino también que tengas las herramientas para multar fuertemente a los legisladores”