Lo es, si se permite caer en las siguientes actitudes:

> Es demasiado simple.
> No lo dirás en serio (ja-ja-je-je).
> Sí… pero… (esta es la peor actitud, impide que nazca lo nuevo).
> Es buena idea, pero.
> Tengo una idea mejor.
> Qué tonto@ eres.
> Hay que ser realistas.
> ¿¡Qué ocurrencia!?
> Nunca lo aceptarán.
> No va con el sistema.
> Eso no aplica en esta empresa.
> Parece muy complicado.
> …(silencio interminable …ni sí …ni no).
> ¿¡Cómo se te ocurre?!
> Es interesante, pero ¿¡Para qué!?
> Te soy franco@ no me gusta nada.
> ¿¡Tienes algo mejor?!
> Déjame pensarlo (lo piensas semanas, jamás decides).
> No es nada nuevo.
> Se van a burlar.
> Es muy arriesgado.
> Estás muy verde en esto.
> ¿De dónde sacaste semejante idea?
> Eres sólo un novato o …estás chocheando.
> Es mucho para ti.
> No lo entenderías.
> No tenemos esa cultura y no queremos cambiar, es muy complicado.
> ¿Qué ganaríamos a final de cuentas?

Esta mentalidad te convierte en la fosa común de toda buena idea que surja en tu equipo de trabajo, en tu empresa, hasta en tu familia.

Cuando una organización detecta a un “tackleador compulsivo” siempre listo, no para aportar, sino para derribar a quien aporta. Lo que muestra es; su primitiva (y mezquina) supervivencia. La organización lo aborta antes de que el sabotaje tenga un costo mayor. A Steve Jobs y amigos que arrancaron en una cochera la idea “el mundo en la palma de tu mano”, los factibles socios les colgaban el teléfono al escuchar que una computadora tenía pantalla como TV y teclado de máquina de escribir. En lo que va de este año, la firma Apple ha vendido 17 por ciento más que el año pasado (2017): 41 mil millones de dólares en iPhone; 11 mil 550 millones de dólares en iPad; 52 mil 550 millones en total. No permitieron que los asesinaran.

¡Decídete a ser feliz hoy!

@_A_lfonsina