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Celebra 106 años la abuela más longeva de Nueva Rosita y quizá de Coahuila
Quizá uno de los mayores deseos del ser humano es llegar hasta cierta edad que le permita cumplir sus metas, para algunos será, por ejemplo, ver a sus hijos crecer, realizarse, y después de eso disfrutar de sus nietos y a la vejez, con calma, aspirando a llegar a los 80 años.
Sin embargo, hay casos excepcionales como el de doña Rosa Castillo García, quien el 30 de agosto de este año cumplió 106 años, convirtiéndola en la mujer más longeva de Nueva Rosita, Coahuila, municipio en el que reside, y quizá la persona de más edad en el Estado.
Ascensión Martínez Castillo, de 71 años de edad es su hija, quien comparte la historia de su madre, una mujer según relata, con un corazón enorme y con el suficiente espíritu de solidaridad para ayudar a la gente de su pueblo San Juan de Sabinas, municipio de Nueva Rosita. Ella afirma que fue la vida natural en el rancho lo que ayudó a que doña Rosa esté ahora cumpliendo 106 años.
“Soy la menor de las 5 hijas y tengo 71 años, fuimos 7 hijos. Nosotros pensamos que como antes la alimentación era muy natural y que ella vivía en lugares en donde había animales que sacrificaban para alimentarse, por eso llegó sana a esta edad, porque antes no había lo que ahora, que es tanta cosa contaminada”, dice.
Pero más allá de la alimentación, doña Ascensión dice convencida que Dios le permitió a su mamá llegar hasta esa edad, por sus buenos sentimientos y por todas las personas a las que brindó ayuda durante su oficio como partera de San Juan de Sabinas, al cual se dedicó por 40 años y por el cual cobraba únicamente 50 pesos.
“Ella se dedicó durante años a ser partera, su abuelita lo fue en aquellos años, y también mi mamá, quien obsequiaba a los niños pequeños lonches para la escuela para que a la hora del receso tuvieran algo que comer, entonces la gente reconoce con mucho cariño a mi madre por ese amor tan grande que siempre ha tenido a su corazón”, dice.
Era un día cualquiera en casa cuando una de las hijas de doña Rosa Castillo, que estaba “de encargo”, anunció mientras comía que el parto se le había adelantado.
Fue en ese momento cuando en las manos de doña Rosa vino la herencia de su abuela partera, y como cosa común asistió a su hija en el alumbramiento de su bebé.
Fue así como doña Rosa, inicio a los 45 años de edad como partera de San Juan de Sabinas, llegando a atender en 3 días hasta 12 partos por una mínima cantidad de dinero, y en muchas de las ocasiones sin cobrar ni un solo peso.
“Hay familias enteras que mi mamá les ayudo a que nacieran los niños, hay una familia de 12 hijos que ella trajo al mundo, y 2 de mis cuñadas, una de ellas tuvo 9 y mi mamá la atendió de los 9 hijos y la otra tuvo 8 y los atendió también”, relata su hija.
Cumplidos los 85 años, doña Rosa dejó el oficio de partera y por el cual se ganó el cariño y reconocimiento de toda la población de San Juan de Sabinas, en donde la recuerdan también por aquellos domingos en los que hacia grandes ollas de comida para regalar a los vecinos del lugar.
Doña Rosa formó al lado de su esposo, quien falleció a los 100 años, una descendencia bastante grande, según Ascensión, de 5 generaciones conformada por 7 hijos, 35 nietos, 80 bisnietos, 32 tataranietos y 9 tatara-tatara nietos.
Justo días antes de celebrar el Día del Abuelo, fue reconocida por el DIF de San Juan Sabinas como la abuela más longeva del municipio, nombramiento que festejaron con un convivió en el que estuvieron presentes sus hijos y demás familiares.
TRANQUILA Y EN CASA
Hoy a sus 106 años, doña Rosa permanece tranquila y en casa cuidada por sus hijos, quienes se turnan para velar por ella, “así como ella cuidó de nosotros”, señala su hija, y con quienes platica y recita poesía de vez en cuando. Es ahí en su hogar y rodeada de sus seres queridos en donde espera que se cumpla la “voluntad de Dios”.
“De su pensamiento ella está muy centrada, yo creo que está mejor que yo; mis hermanos y yo somos muy afortunados porque Dios nos mandó padres terrenales y muy buenos. Muchas personas comentan que debido a la atención que le damos mamá tiene ánimos para seguir viviendo, pero yo pienso que Dios es el que decide todo”, dice orgullosa.
Su descendencia:
El esposo de doña Rosa falleció a los 100 años.
-5 generaciones
-7 hijos
-35 nietos
-80 bisnietos
-32 tataranietos
-9 tatara-tatara nietos